Modelos de puertas de Norma Doors / NORMA DOORS

Modelos de puertas de Norma Doors / NORMA DOORS

Business

La dueña de Puertas Norma deja Barcelona y se va a Madrid

La familia catalana Tarragó, exaccionista de Ficosa, mueve la sede social del líder del sector a la capital del país

25 junio, 2018 12:46

La sociedad de cartera Lacus Group ha trasladado su sede societaria desde la calle Ferran Puig de Barcelona, sita junto al parque del Turó del Putxet, a la calle Felipe IV nº 3, de Madrid, según recoge en su edición de hoy el Boletín Oficial del Registro Mercantil. Se trata de la octava deserción empresarial reseñada en el Borme de este lunes 25 de junio. Las otras siete se citan en noticia aparte.

Lacus pertenece a la familia Tarragó Pujol, exaccionista de referencia de la industria auxiliar del automóvil Ficosa, hoy en la órbita de la japonesa Panasonic. La compañía es desde finales de 2016 propietaria de la fabricante de puertas Norma Doors Technologies, de San Leonardo de Yagüe (Soria), veterana firma del ramo conocida en el mercado como Puertas Norma.

Lacus refinanció la deuda a corto plazo de Norma e inyectó recursos frescos mediante una ampliación de capital, con un desembolso total de 9 millones de euros. Además, se hizo con las instalaciones por otros 6,2 millones.

Accionistas afamados

La larga historia de Norma es muy movida. Nació en 1955 en San Leonardo de Yagüe, promovida por el emprendedor catalán Bernardo Solanes. En 1990, Norma ya era líder de España en la producción de puertas, pero arrastraba crónicos problemas de liquidez. La ocasión fue aprovechada por la sociedad Bamsa, de Barcelona, para tomar el 80% por cuatro millones.

Bamsa iba de la mano de un grupo de empresarios, entre ellos el financiero Javier de la Rosa, Jorge Ventosa Garí, Javier Juncadella Salisachs y la sociedad Inbesós, esta última perteneciente a Jaime Vila Mariné. En 1993, Bamsa y sus socios cedieron el 25% al gigante americano Jeld-Wen, de Oregón, líder mundial en la fabricación de puertas, que aportó apoyo financiero, tecnología de vanguardia y pertenencia a un grupo internacional de primera fila.

Con el apoyo de Jeld-Wen, Norma crece como la espuma y se mantiene en el podio del sector. Poco a poco, Jeld-Wen compra los paquetes accionariales y finalmente se convierte en el accionista mayoritario. A mediados de la pasada década, con la burbuja inmobiliaria en su máximo apogeo, Norma emplea a 700 personas y fabrica 10 millones de puertas cada año. Con un giro de 70 millones, acapara casi el 10% del mercado nacional.

De EEUU a Madrid

Jeld-Wen aprovecha el buen momento para levantar una fábrica de última generación, con una inversión de 35 millones. Es la más avanzada de las 100 plantas que tiene la trasnacional en todo el mundo. Pero pincha el mercado inmobiliario, al que Norma está íntimamente ligada. La crisis hunde una tras otra casi todas las empresas del sector. En 2011, Norma se declara en suspensión de pagos con una deuda de 50 millones y despide a la mitad de la plantilla. Es un auténtico terremoto para un pueblo como San Leonardo de Yagüe, que tiene poco más de 2.000 habitantes.

Gracias al respaldo de su accionista americano, Norma supera el percance. Hoy, Norma Doors se beneficia como en tiempos pasados de la bonanza del sector inmobiliario, mantiene unos 250 empleados directos y factura 25 millones anuales, pero con una clara tendencia alcista.

Las brisas notificantes que soplan sobre el ramo le cogen con un nuevo dueño, otra vez catalán. Pero con la particularidad de que, dados los sombríos tiempos que corren en Cataluña, su propietario ha acordado dejar su sede barcelonesa y replegarse a Madrid.