Los productores lácteos vierten la leche almacenada ante el posible parón de las distribuidoras / EUROPA PRESS

Los productores lácteos vierten la leche almacenada ante el posible parón de las distribuidoras / EUROPA PRESS

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Los productores lácteos cargan contra las distribuidoras por llevar a la huelga al sector

A la subida del precio de los cereales y los fertilizantes tras el estallido de la guerra de Ucrania se suma ahora el paro del transporte

23 marzo, 2022 00:00

Los productores lácteos de Cataluña se encuentran en una situación límite después de que Danone y Lactalis, dos de las grandes distribuidoras, confirmaran ayer que si el Gobierno y los transportistas no llegan a un acuerdo en las próximas 24 horas interrumpirán la producción de sus plantas, el reparto de los productos lácteos y, por consiguiente, la recogida de leche en las granjas.

El posible parón de dos de las grandes distribuidoras supondrá la puntilla para un sector que se encontraba ya herido de muerte. “Tendremos que tirar la leche”, avanza Roser Serret, propietaria de 450 vacas lecheras en una explotación ganadera de Vallfogona de Balaguer (Lleida). “Pero estamos alargando una agonía que no se puede aguantar más, llevamos cinco años con una producción a un precio inferior al de mercado. Al menos los transportistas han sido valientes, les deberíamos aplaudir”, denuncia.

Pérdidas millonarias

Los ganaderos consultados aseguran que la crisis que atraviesa el sector viene, en parte, generada por las propias distribuidoras. “Utilizan la leche como reclamo para atraer a los consumidores a cambio de hipotecar al sector”, asegura Marc Xifra, responsable nacional del sector lechero d’Unió de Pagesos. Una situación, asegura, que los clientes desconocen.

Un hombre frente a una estantería de leche vacía en un supermercado, a 18 de marzo de 2022 / EUROPA PRESS

Un hombre frente a una estantería de leche vacía en un supermercado, a 18 de marzo de 2022 / EUROPA PRESS

“Riéte del papel de váter y del aceite de girasol cuando no haya leche en los supermercados”, prevé Roser Serret. “Las granjas empiezan a cerrar y los efectos serán brutales”, vaticina. La ganadera asegura que las explotaciones de 200 vacas pierden de media al día en Cataluña unos 500 euros, lo que se traduce en pérdidas mensuales que alcanzan los 17.000 euros. “Los consumidores no son conscientes de la importancia que tiene el sector primario”, incide la ganadera, que aclara que no piden márgenes elevados, sino una ganancia de un 1% o un 2% , lo suficiente como para mantenerse a flote.

La guerra agrava la crisis

A la delicada situación se suman ahora los devastadores efectos de la crisis de Ucrania, que ha disparado el precio de muchas materias primas. La Asociación Agraria de Joves Agricultors i Ramaders de Catalunya (JARC) explica que el 50% de los cereales que los ganaderos catalanes utilizaban para alimentar a su ganado procedía de Ucrania. Pero desde el estallido de la guerra la importación se ha paralizado. “Sabíamos que viviríamos un periodo complicado, pero pensamos que sería a largo plazo, y lo ha sido a corto”, confiesan.

De hecho, comenzaron a ver los efectos al día siguiente al estallido de la guerra. “El precio del cereal se disparó de forma brutal debido a la especulación, más que a la escasez”, aseguran desde la JARC. La asociación confirma que muchos ganaderos se enfrentan ya a una situación dramática en la que, para poder mantener a parte del ganado, se han visto obligados a sacrificar a las demás reses. Este extremo lo confirma también Xifra, que asegura que algunos compañeros han empezado a destinar parte de las vacas lecheras a la industria cárnica para hacer frente a los compromisos financieros.

Señalan a las distribuidoras

Por otro lado, una gran parte de los fertilizantes químicos procedían de Rusia, como la potasa o la urea. En el caso de esta última, su precio se ha triplicado. Por eso, aseguran los ganaderos, tienen que optar por fertilizantes orgánicos, “que están limitados para prevenir la contaminación del suelo o del agua”. Mientras que el año pasado la opción más económica era la química, a un precio de 75 €/hectárea frente a los 90 €/hectárea que costaba la orgánica, ahora los precios se han revertido y cuesta 204 €/hectárea del fertilizante orgánico frente a los 250 €/hectárea del químico. A esto hay que sumar, dicen, el coste de la electricidad y los combustibles.

Un ganadero vierte la leche al suelo después de que la industria láctea tenga que parar su actividad / EUROPA PRESS

Un ganadero vierte la leche al suelo después de que la industria láctea tenga que parar su actividad / EUROPA PRESS

El sector, que ya sufrió mucho durante la pandemia --cuando los ganaderos tuvieron que recanalizar sus ventas tras el cierre de la restauración-- se enfrenta ahora a un nuevo bache. “¿Qué pasará? Pues que cada vez habrá menos leche en nuestro país”, aseguran los ganaderos, que no entienden la postura adoptada por las distribuidoras. “No sé por qué Danone y Lactalis han optado por un posible paro de las plantas. Tienen capacidad para acumular la leche, si fuera ellos me lo plantearía porque tienen la obligación de recogerla, así como el Gobierno la tiene de negociar”, insiste Xifra.

Las distribuidoras, dispuestas a parar

Sin embargo, las distribuidoras mantienen que no cuentan con esa capacidad. Fuentes de Lactalis aseguran que, aunque “por el momento no hay un paro organizado”, si la situación no mejora sustancialmente en las próximas 24 horas, tendrán que bajar la persiana de forma temporal. “Las plantas no están preparadas para un almacenamiento masivo de la leche, como no lo están los productores. Pero además se trata de un producto altamente perecedero. Por eso, si la situación no mejora, mañana mismo nos veremos obligados a parar la producción. La situación es límite”, confirman.

La decisión viene motivada, explican los mismos interlocutores, por las interrupciones que sufren en toda la cadena láctea por el paro de los transportistas: “En la recogida de la leche en las granjas, en el suministro de palets y plásticos necesarios para procesarla y envasarla, y en el traslado a las tiendas de alimentación, lo que supone la acumulación del producto terminado”. En el caso de Danone, la empresa ha querido trasladar “su malestar ante la inaudita situación de inestabilidad” que no solo afecta al sector sino al conjunto de la sociedad. Por eso, piden una aceleración en las negociaciones para alcanzar un acuerdo cuanto antes, un punto en el que coincide todo el sector.