El 'procés', los atentados y el ayuntamiento provocan la quiebra del Museo del Jamón de Barcelona

El 'procés', los atentados y el ayuntamiento provocan la quiebra del Museo del Jamón de Barcelona

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El 'procés', los atentados y el ayuntamiento provocan la quiebra del Museo del Jamón de Barcelona

La empresa titular BCN Ham Museum cerró el establecimiento el pasado mes de diciembre

6 enero, 2018 00:00

El procés no sólo está ocasionando una estampida sin precedentes de las empresas catalanas. Por vez primera se da, además, el caso de una compañía de esta zona que se declara en insolvencia y la achaca a la deriva independentista.

Se trata de la sociedad BCN Ham Museum. Sus representantes legales acaban de instar concurso de acreedores, sustanciado en el juzgado mercantil número 4 de Barcelona.

Dicha entidad explotaba el Museo del Jamón, abierto tres años atrás en la concurrida Rambla de Barcelona. Los administradores mancomunados de la sociedad son Pablo Cavestany Freixa y Francisco Escolá Subiela.

El recinto ocupa 2.000 metros cuadrados. Se le conoce como Jamón Experience. Bajó la persiana para siempre en diciembre último. El cese del negocio ha acarreado el despido de toda la plantilla, formada por 27 personas. Tampoco funciona ya la web de la empresa.

Un trienio de números rojos

Ham Museum atribuye su cierre definitivo a dos motivos fundamentales. Uno es el desplome de la afluencia de turistas acaecido tras el ataque terrorista del mes de agosto. Otro, no menos relevante, la altísima inestabilidad política que se padece por estas latitudes.

La incertidumbre, como es sabido, tiene su origen en el gigantesco fraude electoral del 1 de octubre y en el golpe perpetrado por el gobierno catalán encabezado por el hoy prófugo Carles Puigdemont.

Otro factor que ha contribuido al funesto desenlace, según la firma, es la prohibición del ayuntamiento de Ada Colau de vender productos alimenticios dentro del recinto, cuando el jamón es el protagonista estelar de su negocio.

BCN Ham Museum posee un activo de 2,2 millones y debe 2,1 millones a sus acreedores. Durante los tres años de funcionamiento ha experimentado pérdidas por un importe conjunto de 820.000 euros. La cifra de ingresos se limitaba a poco más de 2 millones, cantidad a todas luces insuficiente para atender los gastos, en particular el muy elevado coste del alquiler.