Un socorrista de Proactiva y Óscar Camps, fundador de la empresa y activista social / CG

Un socorrista de Proactiva y Óscar Camps, fundador de la empresa y activista social / CG

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Estalla una huelga indefinida en la empresa de Óscar Camps, el 'salvarefugiados'

Los socorristas de Proactiva en Barcelona denuncian que la firma les racanea horas de trabajo

20 septiembre, 2016 14:24

Estalla una huelga indefinida en el brazo comercial de Proactiva, la oenegé dedicada al socorrismo que lidera el emprendedor barcelonés Óscar Camps, y que ha saltado a la fama por su labor de ayuda a los refugiados en el Mediterráneo. Cerca de 70 custodios acuáticos de la empresa en Barcelona han entrado una petición de paro indefinido tras entrar en conflicto con la dirección por las bolsa anual de horas.

La acción se desarrollará en temporada baja, a partir del 1 de octubre, si la mediación del Ayuntamiento de la Ciudad Condal no lo evita.

"El convenio de instalaciones deportivas computa un máximo de 1.750 horas anuales por trabajador. Proactiva lo disfraza por horas semanales, lo que altera la bolsa de horas y, por ende, las pagas", explica una fuente sindical.

Malas condiciones de empleo

Además de la disputa por las horas bloqueadas, el colectivo de socorristas que trabaja en concesiones de Proactiva en algunas playas de Cataluña denuncia condiciones de trabajo poco óptimas.

"En Sitges (Barcelona), se tienen que cargar ellos mismos los walkie-talkie en casa. Un empleado que lo denunció se quedó sin trabajo 'porque no se adaptaba a la empresa'", agrega la misma fuente.

Final caliente

Si se confirma, la protesta en Proactiva en Barcelona cerrará una temporada compleja en las playas de la capital catalana. La firma que fundó Camps --y cuya gestión cedió en poderes notariales en 2015 para dedicarse a su labor humanitaria-- ganó la concesión del servicio de socorrismo en la segunda mayor ciudad española en marzo.

No obstante, pronto estallló el conflicto por la subrogación de 70 trabajadores de Cruz Roja, la antigua concesionaria.

La intercesión del gobierno municipal de Barcelona consiguió pacificar las playas barcelonesas durante el verano, pero la relación entre la cúpula y los trabajadores se habría vuelto a quebrar tras el estío.