Centro de producción de Basf en La Canonja (Tarragona) /EP

Centro de producción de Basf en La Canonja (Tarragona) /EP

Business

BASF y Cellnex instalarán la primera red privada 5G en una química de Tarragona

Ambas compañías unen fuerzas para lanzar un proyecto piloto que será uno de los primeros en el panorama industrial español

2 noviembre, 2020 13:11

La empresa química BASF y el operador de telecomunicaciones Cellnex Telecom han sellado una alianza para instalar la primera red privada --el primer piloto de este tipo-- basada en tecnología 5G en la industria química española. Cellnex será la encargada de instalar y desplegar la red en el centro de producción que BASF tiene en La Canonja, Tarragona, sobre la cual se desarrollarán diversos casos de uso vinculados a la operativa industrial de la planta.

El director del centro de producción de BASF en Tarragona, Benjamin Hepfer, destaca que “este proyecto supone un antes y un después para el centro de Tarragona. Con la tecnología 5G daremos un salto que nos permitirá avanzar exponencialmente hacia una nueva manera de operar. Es un proyecto pionero en toda la industria química”.

Redes de quinta generación

El 5G permitirá multiplicar por 10 la velocidad y la capacidad de transmisión de datos con respecto al 4G, mientras reduce de forma drástica la latencia, es decir, el tiempo de respuesta a una solicitud. Además, este avance permitirá gestionar hasta un millón de dispositivos conectados por kilómetro cuadrado.

A pesar de que la conectividad en la industria es un hecho desde principios de la década de los 90, este salto permitirá desarrollar nuevas aplicaciones en campos tan importantes como el de la seguridad o las operaciones. Esta tecnología facilitará el avance del internet de las cosas (IoT), la implementación del BigData, la realidad virtual y aumentada, y la inteligencia artificial. Con este piloto, Tarragona se convertirá, también, en uno de los primeros proyectos en materia de 5G que la mutlinacional alemana BASF pone en marcha a nivel global. Hasta ahora, sólo Alemania, Bélgica y China han arrancado proyectos similares.