El Banco Central Europeo (BCE), presionado por la inflación para subir tipos / EP

El Banco Central Europeo (BCE), presionado por la inflación para subir tipos / EP

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La presión de los ‘frugales’ al BCE dispara el coste de la deuda española

El freno a las compras de deuda soberana del banco emisor ha elevado cerca de 50 puntos básicos la rentabilidad del bono a 10 años en el secundario en plena ola de emisiones

3 mayo, 2021 00:00

La particular desescalada del Banco Central Europeo (BCE) a la hora de comprar bonos soberanos está provocando notables turbulencias en los mercados de renta fija, con un notable descenso del precio de los bonos que encarece el coste de financiación de los estados, especialmente de aquellos que más volumen de deuda tienen que emitir. Entre ellos, España, que ha visto como desde el inicio del ejercicio dicho coste se ha multiplicado por 25.

Detrás de estos movimientos está la presión del grupo de estados miembros de la Unión Europea Monetaria (UEM) más reacios a los planes de rescate de las economías, los llamados frugales, para que el organismo emisor rebaje el ritmo de las compras de bonos masivas, que puso en marcha nada más iniciarse la pandemia y cuyo montante ha ampliando hasta en dos ocasiones, hasta la cuantía actual de 1,85 billones de euros.

Tipos negativos

A finales del pasado año, el Tesoro Público fue capaz de financiarse a largo plazo incluso con tipos negativos. Por primera vez en la historia, el bono español a 10 años cotizaba en rentabilidades negativas en el mercado secundario como consecuencia de la adquisición masiva de deuda a cargo del BCE, como parte de su programa para evitar que la crisis del coronavirus se convirtiera en una nueva crisis de deuda, como la vivida a comienzos de la pasada década.

Desde entonces, las tornas han cambiado de forma radical. En menos de cuatro meses, el rendimiento de los bonos en el secundario se ha elevado casi 50 puntos básicos, lo que ha hecho que el coste de las emisiones de deuda a largo plazo en lo que va de año, que totalizan en torno a los 10.000 millones de euros, se haya disparado.

Recorte de compras

La diferencia es tanta como pasar de pagar 940 euros de interés por cada millón de deuda emitido a pagar cerca de 2.600 euros por la misma cantidad en un espacio tan corto de tiempo.

El precio del bono español en el secundario ha caído a mínimos desde comienzos del pasado mes de julio como consecuencia de las menores compras de deuda por parte del BCE. Una tendencia que ya empezó a advertirse durante las primeras semanas del año.

Reacios a los fondos europeos

Tras una de las reuniones del consejo de gobierno del BCE, su presidenta, Christine Lagarde, admitió que el volumen de compra de bonos soberanos podría reducirse a medida que hubiera síntomas de recuperación económica en la zona euro. Y también, que cabría la posibilidad de que el organismo no completara el programa, cuya extensión, en principio prevista para mediados de 2021, se prolongó hasta marzo de 2022.

Encabezados por Países Bajos, los frugales, entre los que figuran otros miembros de la eurozona como Finlandia y Austria, fueron los más reticentes al histórico acuerdo alcanzado a mediados de 2020 para incrementar el Presupuesto plurianual comunitario para destinar una partida a los llamados fondos de recuperación.

El 'bund' alemán, en mínimos

Aunque no se considera dentro de este grupo de países, Alemania tampoco se ha mostrado en exceso partidaria de prolongar demasiado los estímulos. De hecho, el Tribunal Constitucional germano ha cuestionado tanto el reparto de los fondos como las compras de bonos por parte del BCE, merced a denuncias interpuestas por círculos empresariales del país teutón.

La propia deuda alemana está sufriendo las consecuencias del frenazo del banco emisor. La rentabilidad de su bono a 10 años se sitúa en mínimos de los últimos dos años.

Diferenciales

Aunque sigue en terreno negativo, su descenso ha sido tan notable que ha absorbido todo el diferencial que habitualmente le separa del bono suizo, con lo que actualmente los mercados consideran más seguro apostar por la deuda helvética que por la alemana.

No obstante, tanto Alemania como Países Bajos siguen financiándose a largo plazo a tipos negativos, algo cada vez más difícil en el resto de países de la zona euro, cuyos bonos han pasado a cotizar con rentabilidades positivas en lo que va de año.