La planta de Nissan en la Zona Franca de Barcelona / EP

La planta de Nissan en la Zona Franca de Barcelona / EP

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Plantilla y subcontratas de Nissan insisten en la reconversión industrial de Zona Franca

La transformación de la fábrica en un 'hub' de movilidad dejaría en la estacada al grueso de los trabajadores

24 abril, 2021 00:00

La deriva del proceso para reindustrializar la fábrica de Nissan empieza a inquietar a los sindicatos. Tanto los 3.000 trabajadores directos de la planta de automoción, como los cerca de 17.000 empleados de las subcontratas de la marca expresan sus dudas por los proyectos sobre la mesa de negociación tripartita entre Generalitat y Gobierno, empresa y agentes sociales.

La plantilla interna y la externa centran sus preocupaciones en dos puntos. El primero: la propuesta del hub de movilidad que ha ganado enteros tras la finalización del periodo de recepción de proyectos no cumple las expectativas de ocupación previstas. El segundo, que afecta a las proveedoras, hace referencia a su inclusión en las conversaciones abiertas entre todos los actores.

"Estamos decepcionados"

Un portavoz de CCOO resume la situación en pocas palabras: "Estamos decepcionados". Este sindicalista recuerda que el pacto que desbloqueó la huelga declarada el año pasado pasaba no por la mera reconversión de los activos de la Zona Franca, sino por su reindustrialización. Es decir, por la garantía de que seguirían manteniendo una elevada capacidad productiva que asegurase la continuidad del grueso del personal.

Si decaen las opciones de instalar una fábrica de baterías o de coches eléctricos, alternativas favoritas para los sindicatos, el desenlace del proceso podría dejar en la estacada a gran parte de los trabajadores.

Golpe sobre la mesa

De ahí que el próximo lunes las principales organizaciones sindicales --CCOO, UGT, CGT y USOC-- hayan convocado una reunión para dar un toque de atención a la Administración.

No se trata de una mera reunión de seguimiento, según esta fuente, sino de un golpe encima de la mesa para asegurar un futuro industrial más estrechamente vinculado con la actividad desarrollada durante las últimas décadas.

Miedo en las subcontratas

El horizonte laboral se enturbia aún más para los trabajadores externos. De hecho, seis subcontratas --Segula, Comsa, Carretillas Mayor, Aubay, Servi Securitas y Bartic Clan-- convocaron la semana pasada una huelga que fue suspendida a última hora para intentar hallar un terreno común con las direcciones.

Su principal reclamación: formar parte del órgano de negociación. Hasta ahora, Nissan se ha negado. La negativa de la automovilística se entiende porque la inclusión de esta miríada de compañías podría desincentivar la atracción de inversores, molestos por verse obligados a asumir contratos de servicios previos a su entrada. Sin embargo, los miles de empleados temen que su puesto peligre si no se les incorpora a la tramitación del nuevo proyecto.

En alerta por la "lentitud"

Mientras tanto, en el comité de empresa se extiende la preocupación ante la "lentitud del proceso de reindustrialización", que ven encallado. Manel Sanz, secretario de organización de UGT Nissan, lamenta que "la mayoría" de las 17 iniciativas de 13 posibles empresas inversoras "están en proyectos de fragmentar la planta y la plantilla". La anunciada planta de baterías ha decaído, mientras que cada vez coge más números la opción de un centro de logística: "El proyecto logístico no debería estar sobre la mesa, porque no necesita tanto personal, sino extensión de terreno".

En esta opción "no entraría toda la plantilla de Nissan", por no hablar de los miles de trabajadores indirectos de las subcontratas, "y la calidad del trabajo es diferente" por la mayor precariedad del sector. Para Sanz, "el hub es el que más peso tiene", ya que "daría cobertura, si no a todas, a gran parte" de las plantillas de las empresas implicadas.

Las subcontratas temen quedar fuera

Por su parte, Rafael Santaella, portavoz de un colectivo de trabajadores de la subcontrata Tecnove --dedicada al servicio de comedor-- coincide que tras el alejamiento del proyecto inversor de las baterías, las administraciones "no tienen ninguna alternativa; no hay movimiento por parte de la Generalitat". Santaella se muestra preocupado porque a estas alturas no hay un futuro definido --"no lo sabe ni Nissan"-- que pueda "reubicar a los trabajadores". La incertidumbre se vive con especial inquietud entre las subcontratas, ya que los futuros inversores "no tienen obligación de tener comedores ni los mismos servicios".

Por ese motivo, Josep Pérez, abogado del Col·lectiu Ronda que representa a los trabajadores de las subcontratas, apuesta por crear mesas de reindustrialización paralelas con las administraciones para garantizar el futuro de todos los empleados. Además, plantea que los trabajadores tengan "derecho a optar a los puestos de trabajo que se puedan generar si son de su especialidad", sin priorizar necesariamente a los de Nissan, lo que implicaría que en caso de llegar un bloque logístico, la plantilla de Acciona pasaría por delante. Una opción que el representante de UGT rechaza --"primero los de Nissan"--, aunque ve "prematuro" aventurarse en ese sentido cuando no está claro "qué empresa va a venir". "Lo que estamos intentando es que venga una empresa del mismo sector, porque entonces cabría todo el mundo", concluye.