Uno de los patinetes de Bird en una ciudad española / EUROPA PRESS

Uno de los patinetes de Bird en una ciudad española / EUROPA PRESS

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Los patinetes Bird, expulsados de San Francisco y Santa Monica, aún operan en Tarragona

La falta de seguridad de los vehículos, la mala atención al usuario y el uso de subcontratas no autorizadas, las razones esgrimidas por los consistorios americanos

6 julio, 2021 00:00

San Francisco y Santa Monica (EEUU) también prescinden de los patinetes de Bird por la falta de seguridad de los vehículos que utilizan y el mal servicio que ofrecen a sus clientes. Estos son los dos motivos que han llevado a las autoridades estadounidenses ha expulsar al operador de movilidad de las respectivas ciudades. Esta situación es un toque de alerta al resto de municipios donde se encuentra Bird, como es el caso de Tarragona.

En el caso de San Francisco, es el segundo revés en tres años que sufre Bird. La San Francisco Municipal Transportation Agency (SFMTA) ha pedido a la empresa que detenga sus operaciones y le ha impuesto multas por un total de 105.600 dólares (unos 88.500 euros al cambio actual) por incumplir el permiso municipal del que disponían para operar. La SFMTA ha expulsado a la compañía y ha abierto una investigación sobre el asunto.

Incumple las exigencias de seguridad

En paralelo, Bird no ha cumplido las exigencias de seguridad que solicitaba Santa Monica, de donde es originaria la compañía. Según la puntuación dada por el comité de expertos que recoge el medio americano especializado Techcrunch, el servicio ofrecido por Bird carecía de medidas suficientes de seguridad para los usuarios. La apelación de la compañía ha quedado sin base legal, según las cartas entre los abogados de Bird y la ciudad de Santa Mónica a las que ha tenido acceso el citado medio.

Todo esto se suma a que Bird también se ha visto obligada a retirarse de las principales ciudades españolas donde operaba. Primero fue el Ayuntamiento de Málaga quien excluyó a Bird del procedimiento para otorgar licencias de patinetes compartidos por incumplir la normativa de la DGT. Después fue el turno de Zaragoza, que obliga a la compañía a retirarse de sus calles a partir de septiembre tras aplicar un expediente sancionador por incumplir las condiciones actuales que se exigen para poder prestar servicio.  

Bird empieza a replegarse en Tarragona

Tarragona sigue manteniendo una postura permisiva a pesar de que los patinetes puedan estar operando de forma irregular. El ayuntamiento solicitó recientemente a los tres operadores autorizados que actualmente prestan servicio en la ciudad (Bird, Reby y Spin) que aportaran la documentación acreditativa de la potencia y velocidad máxima de fabricación de sus vehículos.

Aunque todavía se pueden ver patinetes de la marca circulando por la ciudad, fuentes cercanas de la compañía aseguran que Bird ha empezado a replegarse anticipándose a la posible revocación de su licencia por parte del ayuntamiento, al no poder demostrar el cumplimiento de las exigencias técnicas vinculadas a la seguridad de sus vehículos. La empresa ha iniciado la reducción de su flota, según las mismas fuentes.

Toni Riera, en peligro

Esta grave crisis reputacional ha hecho que el proyecto haya visto caer su valoración después de la pandemia a lo que los inversores piden que se exijan responsabilidades, aunque esto conlleve que rueden cabezas. En España, Toni Riera, director general, según fuentes sectoriales de la micromovilidad, parece que perderá su puesto, y en Estados Unidos es su fundador y CEO, Travis VanderZanden, quien peligra después de su nefasta gestión, que se une a la acusación de implantar una cultura machista y despedir a más de 400 personas de manera colectiva en dos minutos y a través de videoconferencia sin dar la cara.

La polémica rodea también a Bird en otra ciudad de los Estados Unidos: Minnesota, donde puede desplegar hasta 2.400 patinetes con su competidor Lyft. Según la licencia otorgada, ambas empresas pueden colocar hasta el 40% de los patinetes en el centro de la ciudad y en los barrios circundantes, y al menos el 30% de los patinetes deben colocarse en "zonas de concentración de la pobreza" en el norte, noreste y sur de Minneapolis. Lyft está cumpliendo el requerimiento, pero Bird, en un movimiento calificado por algunos como “clasista”, evita ir a barrios con rentas bajas, algo que varios miembros del consejo municipal han cuestionado duramente, según recoge el medio digital Minnesota Reformer. Así, el ayuntamiento está estudiando de cerca la situación para tomar medidas si el incumplimiento se alarga en el tiempo.