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La oferta de GIP por Atlantia, otro paso más hacia su salida de Naturgy

El fondo estadounidense busca en Italia junto a Brookfield y ACS una gran operación que podría financiar con una venta parcial de su participación en la energética aprovechando su próxima escisión

10 abril, 2022 00:00

La batalla desatada por el control del gigante italiano de las concesiones Atlantia tiene como uno de sus protagonistas al fondo Global Infrastructure Partners (GIP), que junto a Brookfield trasladó una oferta no vinculante a la familia Benetton, primer socio de la empresa transalpina, para hacerse con su control. Una operación muy voluminosa que ha vuelto a poner sobre la mesa una posible salida de la entidad estadounidense del capital de Naturgy, en el que está presente desde hace casi seis años con una participación del 20%. 

Valorada en unos 45.000 millones de euros, al incluir la voluminosa deuda de la concesionaria, la posible compra de Atlantia, en la que también está involucrada ACS, es una de las operaciones del año en toda Europa. Desde hace algún tiempo, el mercado descuenta que GIP proceda a recoger próximamente los frutos de una inversión que ha resultado de lo más rentable para sus intereses.

Logo de Naturgy en una de sus sedes / EP

Logo de Naturgy en una de sus sedes / EP

Géminis, la oportunidad

A ello también contribuye el hecho de que en el horizonte aparece una oportunidad para llevar a cabo esta maniobra como es la ejecución del ‘proyecto Géminis’, denominación que Naturgy ha otorgado a la operación que prepara para escindirse en dos sociedades que aglutinen, de forma independiente, sus negocios regulado y liberalizado.

Una de las derivadas de la operación Atlantia que podría repercutir en terceros, que no deja de ser una circunstancia habitual cuando se trata de grandes inversiones.

Una historia de éxito

GIP aterrizó en el capital de Naturgy tras el verano de 2016 (aún bajo la denominación de Gas Natural Fenosa), al adquirir sendos paquetes del 10% a Repsol y Criteria Caixa con una inversión de unos 3.800 millones de euros. 

A día de hoy, el rendimiento que GIP acumula en esta apuesta está muy próximo a los 2.000 millones de euros, sólo contando con la revalorización de las acciones de la energética en bolsa. A esta cantidad, en forma de plusvalías latentes, hay que añadir algo más de 1.200 millones en concepto de dividendos de la compañía que preside Francisco Reynés, que el fondo ya se ha embolsado.

El presidente de Naturgy, Francisco Reynés, en una imagen de archivo / EP

El presidente de Naturgy, Francisco Reynés, en una imagen de archivo / EP

A largo plazo

Es decir, que cuando aún no se han cumplido seis años de la inversión, GIP está muy cerca de recuperarla prácticamente en su totalidad, sin haber realizado movimiento alguno en el capital.

“Cuando un fondo de este tipo está interesado en operaciones como la de Atlantia, normalmente cuenta con financiarla a través de desinversiones que estén contempladas en su hoja de ruta”, señalan desde un banco de inversión.

Un perfil conservador 

Aunque no resulta sencillo encontrar un comprador para una participación tan voluminosa, la próxima escisión de Naturgy facilitaría una salida parcial de GIP, que así podría comenzar a recoger los frutos de tan exitosa apuesta. 

“Quizá para un fondo del perfil de GIP sea más atractivo permanecer como socio en los negocios regulados de la compañía, con un perfil más conservador y previsible, y deshacer posiciones en los liberalizados”, indican las citadas fuentes. 

El papel de IFM

En este sentido, para una desinversión parcial GIP cuenta con un potencial comprador sin necesidad de ir muy lejos, toda vez que el fondo IFM, el último accionista de referencia de Naturgy tras la opa parcial que lanzó en 2021, está interesado en elevar su peso en la compañía, lo que está haciendo a través de compras en el mercado; como resultado de la oferta, apenas logró un 10,8%, muy alejado de sus expectativas.

La operación en Italia se antoja complicada por mor de los movimientos defensivos que han realizado los Benetton. En cualquier caso, con independencia de que salga adelante o se quede en un mero intento, el hecho de que GIP haya planteado la maniobra resulta significativo.

“No se trata tanto de que el fondo necesite de una desinversión para llevar a cabo una apuesta como ésta como de considerar que el ciclo de una participación ha tocado a su fin y plantear una nueva operación que ocupe su lugar en la cartera”.