Jorge Miarnau, presidente de Comsa Corporación / CG

Jorge Miarnau, presidente de Comsa Corporación / CG

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Los Miarnau pactaron con la banca el control de Comsa

Las entidades podrían tomar el 50,01% de la mayor constructora catalana tras refinanciar sus pasivos dos veces

30 noviembre, 2019 00:00

El gigante barcelonés del sector constructor Comsa Corporación pasa a manos de sus acreedores financieros. Los bancos que refinanciaron las abultadas deudas de la empresa en dos fases, primero en 2013 y más tarde en 2016, se han reservado el control del grupo tras un pacto con los principales accionistas. 

En consecuencia, la familia fundadora Miarnau cederá en gran medida a las entidades la batuta de la mayor constructora catalana, que además es una de las más antiguas de esta comunidad.

Débitos

Así consta en el último pacto de refinanciación. Según dicho acuerdo, la deuda de Comsa se dividió en varios tramos. Uno de 210 millones, otro de 297 millones y un tercero de 41 millones, todos ellos con vencimiento en 2021. El grueso de dichas deudas se ha cancelado de forma anticipada.

Los pactos con las instituciones crediticias incluyen un cuarto tramo, cifrado en 250 millones. Los Miarnau han accedido a que tal partida sea de obligada conversión por parte de los bancos en participaciones de Comsa Corporación, la matriz del conglomerado, cuando termine el plazo el 30 de junio de 2021.

Semejante operación supone entregar el 50,01% del capital de Comsa Corporación a la banca, con lo que ésta pasará a dominar la compañía y sus 156 sociedades filiales y participadas.

Fuentes de Comsa, contactadas por Crónica Global, se abstuvieron de comentar la operación: “Preferimos no entrar a valorar un acuerdo con los bancos que es muy complejo”.

Accionariado

Antes del trasiego que da a los intermediarios del dinero la mayoría absoluta de Comsa, la familia Miarnau poseía el 70% del grupo. El 30% restante obraba en manos de los Sumarroca.

Este reparto deriva de la fusión realizada en 2009 entre Comsa, a la sazón feudo de los Miarnau, y Emte, perteneciente a los Sumarroca. La unión vino fozada por las circunstancias, porque la crisis de la construcción ya empezaba a impactar de lleno en el sector.

Ahora, diez años después de aquella magna integración, las familias pierden el control de su consorcio. Con la entrada de los bancos, los Miarnau, que han regido los destinos del grupo desde la fundación en 1891, pasarán a contar con cerca del 35%, y los Sumarroca, el 15%.

Dado que el citado crédito se ha de transformar en títulos de la sociedad holding del grupo, se ha clasificado en el balance de Comsa no como deuda, sino como un instrumento de patrimonio neto. Es decir, el importe se borra del pasivo exigible y se contabiliza en la rúbrica de los fondos propios.

El sacrificio que para ambas sagas catalanas supone la cesión del mando de su grupo es indudable, pero era una exigencia insalvable de los bancos. Tampoco son menores las ayudas dispensadas por éstos. Renovaron los créditos dos veces y se avinieron a condonar deudas por valor de 250 millones, pero a cambio se alzan con el santo y la limosna del grupo entero.

Filial polaca

Por lo demás, el durísimo plan de reconversión de Comsa, que se encuentra en pérdidas desde 2012, prácticamente se completó en 2018. Las últimas fases han significado la venta a terceros de negocios de concesionarias, medio ambiente, energías renovables y logística. El traspaso de tales actividades ha supuesto una reducción de la plantilla del grupo, que pasa de 7.530 a 7.180 personas.

Al cierre de 2018, Grupo Comsa ha logrado comprimir sus obligaciones con la banca hasta poco más de 330 millones. Dicha magnitud supone la tercera parte de una deuda que llegó a rondar los 1.000 millones en 2013.

Quedaba pendiente el ajuste en su filial polaca Trakcja PRKIL, de la que tiene el 31%, aunque según los estatutos el grupo catalán ejerce el poder efectivo. El pasado mes de junio se firmó un acuerdo que refinancia 31 millones de pasivo.

La dirección de Comsa preveía que el grupo entraría en beneficios en 2018, pero por muy poco no pudo ser. Los resultados de explotación se mantuvieron en cifras positivas, de 18,5 millones. El resultado financiero siguió en terreno negativo, con un demérito de 19 millones.

En consecuencia, las cuentas consolidadas de Comsa arrojan una pérdida final de más de medio millón. La tabla anexa resume las principales magnitudes económicas de Comsa en los últimos años.

COMSA EN CIFRAS (balance consolidado, en millones de euros)
Año Ventas Resultado
2018 1.100 -0,58
2017 1.085 -12,6
2016 1.220 -0,22
2015 1.131 -0,59
2014 1.237 -29,9
2013 1.574 -32,1
2012 1.710 -155
2011 2.080 1,9
2010 1.777 15

El perímetro de Grupo Comsa incluye 156 compañías, con unos recursos propios de 105 millones. La larga crisis y los reiterados déficits han reducido el patrimonio a la cuarta parte del que lucía a comienzos de la presente década.

El consejo de administración de Comsa está formado por siete sociedades de cartera de los Miarnau y Sumarroca. En representación de ellas figuran en el órgano de gobierno Jorge, Juan y José Miarnau Montserrat, más Albert Sumarroca Claverol y el abogado Josep Lluís Vilaseca Requena.