Mercedes Vidal, concejal del Ayuntamiento de Barcelona de Movilidad, y un andén de metro de la capital catalana / FOTOMONTAJE DE CG

Mercedes Vidal, concejal del Ayuntamiento de Barcelona de Movilidad, y un andén de metro de la capital catalana / FOTOMONTAJE DE CG

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La huelga en el metro de Barcelona acaba en una rebelión en el vagón

La negociación para renovar el convenio laboral encalla de nuevo por la gestión de las agresiones registradas en el suburbano durante la protesta

24 mayo, 2017 00:00

La huelga convocada de forma indefinida todos los lunes en Metro de Barcelona ha derivado en enfrentamientos entre los viajeros y los trabajadores del suburbano catalán. Motivo del enésimo roce entre la plantilla y la dirección de Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB) que encalló la mediación de este martes para renovar el convenio laboral de la empresa pública.

Los trabajadores describen situaciones de mucha tensión en los días de paro. “Más de los que sufrimos día a día en nuestro servicio”, indican empleados que solicitan el anonimato.

Agresiones físicas en el andén

Este lunes, 22 de mayo, se registraron dos agresiones físicas en el turno de noche. Un suceso aparatoso que tuvo lugar en la estación de Vall d'Hebron, según relatan los representantes sindicales.

Un pasajero arremetió con un bastón contra los empleados del suburbano. Una respuesta violenta que llegó, según los mismos interlocutores, tras la petición de que dejara de bloquear las puertas de un convoy que se iba a retirar por el inicio de los parones en horario nocturno. El cuarto seguido en la estación, hecho que incrementó el nerviosismo de los usuarios.

Abucheos a otra trabajadora

En esta franja horaria es cuando la movilidad es más complicada en el metro. Los servicios mínimos bajan al 20% y las esperas pueden llegar a los 45 minutos en los andenes, con el consiguiente enfado de unos usuarios cansados del conflicto laboral.

Otra trabajadora también sufrió agresiones del pasaje, pero en este caso verbales. Los sindicatos relatan cómo una pareja de vigilantes del metro tuvo que escoltar a la empleada para que pudiera salir de una estación entre los abucheos del pasaje.

Distribución de los vigilantes

La distribución de los responsables de seguridad también es motivo de desencuentro entre la dirección de TMB y la plantilla. El comité de empresa reclama que refuerce la seguridad en las estaciones habilitadas para los intercambios, las que se usan para retirar los trenes en horarios de servicios mínimos.

Aseguran que no se vigilan todos ellos cuando son “conocidos” por toda la compañía los momentos de tensión a los que deben hacer frente. De hecho, los sindicatos acusan a la cúpula de TMB de priorizar la seguridad para evitar los fraudes en lugar de la defensa de los trabajadores. Algo que fuentes no oficiales de la empresa niegan de plano. Aseguran que se sigue la distribución habitual.

Negociación encallada

Este debate es el que motivó, concretamente, el enroque de la reunión de mediación de este lunes. El comité de empresa reclamó a la concejal de Movilidad de Barcelona, Mercedes Vidal, y a la cúpula de TMB, encabezada por Enric Cañas y Marc Vidal, declaraciones públicas para condenar los cuatro actos “violentos e incívicos” que se han registrado en el metro desde el inicio de la huelga.

La plantilla consideró insuficiente la nota de prensa y los mensajes en redes sociales divulgados tanto por TMB como por su dirección. Pedía declaraciones públicas equiparables a las que han hecho, según su punto de vista, para dinamitar la reputación de una "protesta legítima de los trabajadores" que ha derivado en los actuales episodios de tensión. La respuesta de la dirección no fue inmediata y no se llegó a entrar en materia de la negociación para renovar el convenio laboral.

Quejas de los usuarios

Mientras el debate prosigue, también hace lo propio la huelga. La reconocida y una presunta encubierta que los usuarios denuncian de forma insistente y se niega desde la plantilla.

Los pasajeros del metro mantienen que la limpieza de las estaciones ha bajado, que se hace menos mantenimiento de elementos como escaleras mecánicas o ascensores y que problemas como las filtraciones de aguas en estaciones como Monumental persisten sin una intervención definitiva. Piden que la dirección y la plantilla abandonen ya sus rencillas y resuelvan el conflicto laboral sin más afectaciones en el servicio.