Merkel ha realizado estas declaraciones antes de que la cámara alemana se disponga a votar sobre las nuevas ayudas a Grecia, solicitadas finalmente por el Gobierno del primer ministro Alexis Tsipras tras un tenso careo con la canciller alemana y su ministro de Economía, Wolfgang Schauble, que impusieron durísimas medidas de ajuste.
Grecia se habría desangrado
La canciller ha declarado que se manejaban en ese momento tres opciones: pasar por alto los tratados europeos, dejar a Grecia a su suerte --"lo que habría derivado en caos y violencia, hasta que el país se desangrara"-- o "buscar juntos con Grecia una salida, y eso hicimos".
Las tres opciones a las que alude Merkel son las que defendía Atenas, la reestructuración de la deuda; echar a Grecia del euro, algo que defendía Berlín, pero que tampoco está previsto en los tratados; y someter al país a una severa dieta, que es lo que finalmente ha ocurrido.
"Lo que decidimos no fue sólo por Grecia. Es una decisión para una Europa y una eurozona fuertes. Lo hacemos por la gente en Grecia, pero lo hacemos igualmente por la gente en Alemania", continuó. "Europa es fuerte y robusta. Alemania es fuerte y robusta. Pero debemos pensar que a Alemania sólo le irá bien a largo plazo si le va bien a Europa", añadió en declaraciones recogidas por la oficina de prensa de la canciller.