La bolsa de Madrid ha cerrado con una caída del 1,19% en una jornada negra en todos los parqués europeos, otro signo del pesimismo limitado de los mercados tras el 21D / EFE

La bolsa de Madrid ha cerrado con una caída del 1,19% en una jornada negra en todos los parqués europeos, otro signo del pesimismo limitado de los mercados tras el 21D / EFE

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Pesimismo moderado en los mercados tras la victoria independentista

Los analistas contemplan que la incertidumbre se prolongará por las incógnitas del nuevo Gobierno catalán pero advierten de que lo peor ya ha pasado

23 diciembre, 2017 00:00

La victoria del bloque independentista en las elecciones del 21 de diciembre ha disparado las alarmas en la economía catalana. Las patronales han reclamado estabilidad al próximo Gobierno catalán y los analistas advierten de que persiste en los mercados la volatilidad por las incertidumbre en las políticas que se puedan emprender. Con todo, frenan los discursos más pesimistas.

“Ya hemos visto lo peor, como la salida de empresas y la caída de la facturación de algunos sectores, no creemos que vaya a más”, afirma el analista de Renta 4 Alejandro Varela. Indica que en el plano macroeconómico habrá un impacto en el avance del PIB tanto en España como en Cataluña, pero que se debe considerar más como una “desaceleración” que como un descalabro.

Impacto en el PIB

En línea con las previsiones que se han hecho en este sentido. Proyecciones como las de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef), que estiman que el choque a nivel estatal se moverá entre el 0,4% y el 1,2% y el de Cataluña entre el 0,3% y el 1,5%. La clave, como ya se ha advertido, es la prolongación en el tiempo. Y no es una incógnita que los comicios hayan disipado, según los analistas consultados.

“No ha cambiado mucho el escenario anterior”, declara Varela, “el independentismo se mantiene alto, la incertidumbre persiste y la formación del Gobierno está en el aire”. Afirma que si se mira lo político estrictamente, la situación “es compleja”. Pero pide que nadie se lleve “las manos en la cabeza”.

Sin repetir la volatilidad de octubre

Un pesimismo limitado que comparte Sergio Ávila, analista de IG. “El impacto no será tan grande como el que se generó tras la celebración del 1-O y todo lo que le ha seguido, con la huida de empresas”, señala. No descarta que alguna otra compañía grande anuncie un cambio en la sede social o fiscal si se mantiene la tensión política de los últimos meses, pero sin llegar a los niveles de volatilidad que marcaron el inicio del último trimestre de 2017.

Cabe tener en cuenta que las ventas en grandes superficies cayeron el 17% en octubre y las del comercio al detalle el 4,3%, frente a los recortes del 4,9% y del 1,6% que se registraron en el conjunto español, según el último informe de coyuntura económica que publicó Foment del Treball con datos del INE y de Idescat.

Turismo, el sector más afectado

La peor parte se la lleva el turismo. Es el sector cuyas perspectivas se han enfriado más en la última mitad del año y el que se enfrenta a peores pronósticos. “La incertidumbre en este sector crecerá, igual que en el bancario”, estima Ávila.

Recuerda que se trata de dos sectores de actividad muy sensibles a las expectativas del mercado. Aunque en la atracción de viajeros, los operarios reconocen que la inestabilidad del contexto político se le han sumado los efectos del doble atentado terrorista en Barcelona y Cambrils de finales de agosto.

Marco legal para alcanzar la previsibilidad

Valentí Pich, socio fundador de Pich Abogados-Economistas, apunta que el empresariado de Cataluña se ha acostumbrado a moverse en variables que incluyen tensiones políticas. Una cuestión que comparten, según su punto de vista, con los ejecutivos de Reino Unido, Italia, Holanda o Estados Unidos por los vaivenes políticos de distinta índole que ha habido en estos territorios.

Con todo, asegura que la política debería tender a contabilizar las repercusiones económicas y deja claro que “sin un marco legal no se puede alcanzar la previsibilidad”. Una reclamación casi unánime entre los empresarios que manda un aviso al Gobierno en ciernes en Cataluña.

Grandes acuerdos y visión a largo plazo

“El problema catalán tiene una dimensión que no es precisamente sencilla”, añade Varela, “se debe negociar, buscar grandes acuerdos y tener una visión a largo plazo”. Algo que esperan que se entre en el plano político para avanzar hacia, por ejemplo, la convocatoria de un “referéndum pactado”, detalla Ávila.

Y mientras esto ocurra, esperan que la economía prosiga su camino con una baja permeabilidad. Tal y como ocurrió a nivel estatal con la repetición de las últimas elecciones generales.