El profesor de la UAB, Manuel Ballbé, recientemente fallecido / UAB

El profesor de la UAB, Manuel Ballbé, recientemente fallecido / UAB

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A la memoria de Manuel Ballbé, profesor y crítico feroz del capitalismo zombi

Catedrático de Derecho Público, fallece un legalista que, sin ser monetarista ni experto en finanzas, resumió mejor que muchos las consecuencias de la peor crisis económica

22 febrero, 2020 00:00

Corría 2012 cuando Manuel Ballbé Mallol nos alertó con estas palabras, pronunciadas casi un siglo antes por Thomas Mann: “En vez de europeizar Alemania, los alemanes quieren alemanizar Europa”. El reputado catedrático del Departamento de Derecho Público y Ciencias Historicojurídicas de la UAB, fallecido el pasado 10 de febrero, se declaró entonces enemigo de la imposición merkeliana de la austeridad, argumentando que se trataba de una truculenta estrategia de la banca alemana para desvalijar al sur de Europa con el fin de tapar su enorme agujero financiero. El expolio era posible gracias a la desregulación jurídica que desde 2000 había convertido el capitalismo en el casino del mercado zombi, donde quedó suprimido el delito de información confidencial, perseguido por la SEC, en Wall Street, que tanto atemorizó años antes a los Madoff de turno. Ballbé acusaba a los seis megabancos norteamericanos y a otros seis europeos de haber formado un cártel; todos quebraron en 2008 y todos fueron rescatados por sus gobiernos, es decir por los impuestos que pagan sus ciudadanos.

España se llevó la puntilla: 60.000 millones de euros por el rescate de la banca. Pero el estropicio en Alemania, aunque ocultado, fue peor: el Deutsche Bank había colocado productos a sus clientes a sabiendas de que perderían dinero, tanto en Norteamérica (paquete “Gemstone VII”) como en Alemania, donde el Tribunal Supremo le condenó en 2011. El banco de inversión norteamericano, Goldman Sachs, asesoró a Grecia para ocultar su deuda y así logró entrar en el euro; después, con esta información privilegiada, apostó junto con Deutsche Bank que Grecia se hundiría; lo hizo a través de operaciones bajistas en las bolsas y en el segundo mercado de Deuda europea, con sede electrónica en la City de Londres. “Atacar a países del sur fue la fórmula de los bancos del norte para recuperar las pérdidas de sus bancos ludópatas”, resumió el profesor.

Laura Freixas, Manuel Ballbé, Campo Vidal, Victoria Camps y Teresa Freixes, en un acto de SCC.

Laura Freixas, Manuel Ballbé, Campo Vidal, Victoria Camps y Teresa Freixes, en un acto de SCC.

Una estirpe de administrativistas

Ballbé Mallol fue autor también de diversos informes encargados por la Fundació Pi i Sunyer, en la que su padre, el insigne administrativista Manuel Ballbé Prunés, había sido junto a Laureano López Rodó uno de sus creadores de la Revista de Administración Pública (conocida por su acrónimo, RAP, en el mundo del derecho). Ballbé padre obtuvo la cátedra de Administrativo en Murcia en el mismo momento en que Laureano, impulsor de los Planes de Desarrollo, conseguía la misma plaza en Salamanca, un sillón inicialmente reservado a José María Gil Robles, que finalmente declinó por su avanzada edad.

Ballbé Prunés ocupa un lugar en el altar español de los administrativistas, como reconoció Eduardo García de Enterría en una pieza titulada in memoriam tras la muerte de Prunés, en1961, a causa de un accidente y en plena juventud. Para muchos resultó increíble la pérdida de Ballbé Prunés, “conoció como Manolito en la Sala Tercera del Tribunal Supremo”, tal como contó Fabián Estapé en un artículo en La Vanguardia. En aquellos días se cocía la Ley de Régimen Jurídico que dio luz a la figura del Secretario General Técnico de Presidencia, el cargo de López Rodó.

Este último, como es bien sabido, comandó la economía española desde la convertibilidad de la peseta hasta el primer plan de Estabilización, pero no duró en el cargo, afectado por el torbellino entre Opus Dei y Falange, que pugnaban por la hegemonía dentro del Gobierno. Laureano fue cesado poco tiempo después, como le ocurrió al mismo ministro de Hacienda de la época, César Albiñana.

Un experto federalista

De aquella diáspora de la llamada “década prodigiosa de los administrativistas” ha quedado una herencia intelectual incrustada hoy en la Abogacía del Estado; hasta el punto de que los letrados de los sesentas están considerados como parte de la legislación Aranzadi.  El segmento catalán de aquel selecto club se concentró alrededor de Fabián Estapé, ex catedrático de Economía Política en Económicas de la UB, el departamento que mucho más tarde  lideraría su actual titular, Antón Costas.

La generación de su padre explica en parte el impulso académico del malogrado Ballbé Mallol, un hombre de enorme proyección intelectual, alejado de ruido, y capaz de ver el mundo económico bajo el ojo crítico de su análisis. En esta despedida algo tardía de Crónica Global, más allá del sentir, destacamos la palabra del profesor empeñada en cientos de artículos y conferencias, mostrándose como una de las miradas rigurosas de nuestro tiempo. Entre su producción editorial se encuentran los volúmenes de Soberanía dual y constitución integradora: la reciente doctrina federal de la Corte suprema norteamericana (Ariel), coescrito con Roser Martínez, o La prejudicialidad administrativa en el proceso penal (Thomson Civitas) y Estado competitivo y armonización europea: los modelos norteamericano y europeo de integración (Ariel), estos dos últimos firmados ambos junto con Carlos Padrós.

En una de sus entregas periodísticas más comentadas sobre la crisis de 2008, Ballbé Mallol escribió: “La economía especulativa había reemplazado al reputado capitalismo industrial. En vez de procesar a los responsables, los bancos del norte cerraron filas e iniciaron el descrédito del sur para desviar la atención y sojuzgarlo”. Un hombre del Derecho Público se reivindicaba así como descubridor de verdades que, en su momento, se quisieron ocultar a los ojos del ciudadano. Hurgando en la serie de Ballbé, encontramos otros perfiles similares de este legalista que, sin ser monetarista ni experto en finanzas, resumió mejor que muchos las consecuencias de la  peor crisis de los mercados a lo largo de la historia.