Parchear antes que prevenir. Así está actuando Facebook escándalo tras escándalo. El último es la filtración de datos de 50 millones de usuarios de la red social y que fueron utilizados para cambiar el signo de las elecciones de EEUU en 2016. El fundador de la plataforma, Mark Zuckerberg, ya ha anunciado investigaciones y auditorías, así como restricción de acceso a los datos para los desarrolladores.
Ello le ha costado, para empezar, una campaña de boicot en Twitter bajo el hashtag #DeleteFacebook, para que los usuarios borren sus perfiles de la red social a modo de protesta. Hay hoy muchas vías disponibles para estar en contacto con los círculos familiares, de amistad y laborales. Pero hay más.
Las 'fake news'
En noviembre de 2016, tras la victoria de Trump, comenzaron las acusaciones contra Facebook por haber permitido que miles de fake news, muchas creadas desde Rusia, invadieran los muros de millones de estadounidenses y alteraran, también, el sentido del voto en las urnas americanas.
Aunque Zuckerberg consideró una “locura” la incidencia de las fake news en los resultados, sí impulsó algunas medidas para acotar o penalizar estas falsas publicaciones en el futuro. Eso sí, tardó casi un año en reaccionar.
Genera emociones negativas
El diciembre pasado, el exvicepresidente de crecimiento de usuarios de Facebook Chamath Palihapitiya dijo sentirse culpable de la creación de una herramienta que “está desgarrando el tejido social”, en referencia a estudios que indicaban que el uso pasivo de la red (lectura del muro, sin interactuar) genera emociones negativas.
En paralelo, la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) acaba de multar a Facebook con 300.000 euros por el uso de datos personales de los usuarios para sus propios fines. Los internautas ven “ridícula” esta sanción. Continuará.