Una mujer pasa frente a un comercio de moda, que ha mermado sus ingresos durante la pandemia / EUROPA PRESS

Una mujer pasa frente a un comercio de moda, que ha mermado sus ingresos durante la pandemia / EUROPA PRESS

Business

Las mayores empresas familiares de España hacen piña para abordar la recuperación

Las compañías, que suponen el 90% del tejido productivo, reivindican su peso en la economía e instan a las administraciones a activar nuevas estrategias

24 junio, 2020 00:00

Las principales empresas de carácter familiar tratan de mover ficha para combatir la crisis del coronavirus y coordinar una estrategia común para la recuperación. Hasta el momento son más de 1.400 compañías españolas las que se han agrupado bajo el paraguas de Damos la Cara, una iniciativa impulsada por el Instituto de Empresa Familiar (IEF) y 18 asociaciones extendidas a lo largo del país. Reivindican su peso en la economía al acaparar el 89% del tejido productivo y generar el 67% del empleo privado.

“Las empresas familiares tenemos un compromiso con la recuperación del país tras la pandemia. Queremos dar visibilidad y presionar a las distintas administraciones públicas para que se nos tenga en cuenta en el momento actual y poner en marcha estrategias para activar el mundo del trabajo”, subraya el presidente de la Asociación Catalana de la Empresa Familiar (ASCEF), Amadeu Jori.

Asegurar la supervivencia

Entre las compañías adscritas a Damos la Cara en Cataluña figuran Puig, Tous, Amat, La Farga, Alsina o Santiveri, entre otras. Además de su impacto en la creación de empleo, la iniciativa trata de poner en valor el papel de la compañía familiar por su longevidad ya que, según el IEF, ésta sobrevive una media de 33 años frente a los 12 de aquellas que no lo son. “Se debe a los valores que están detrás y que se traducen en un visión más a largo plazo, el sentido del orgullo, de no cerrar la empresa y una capacidad de resistencia mucho más fuerte”, destaca Jori.

Aunque muchas de las adscritas a esta iniciativa son empresas familiares de envergadura, el grueso de este segmento lo componen pymes y micropymes, que presentan un mayor riesgo de desaparición con esta crisis. Según Pimec, hasta el 20% de éstas podrían echar el cierre a causa de la pandemia, mientras que las que sigan en pie también quedarán tocadas. En concreto, el 42% de las que se han acogido a un ERTE tendrán que realizar despidos de forma posterior, según datos de la patronal.

“El 90% del tejido empresarial español son pymes y el 10% son empresas del Ibex y multinacionales extranjeras que trabajan aquí. Ese 90% produce en Cataluña el 76% del empleo y en el conjunto de España, el 67%. Esto no es broma, hablamos de que la mayoría de la ocupación la producen las pymes”, resalta Jori, que reconoce que una parte de los asociados, sobre todo entre la hostelería y la restauración, “lo están pasando mal” y “será un milagro su supervivencia”.

“Es importante que se pongan las cosas fáciles"

Una de las firmas que forman parte de la iniciativa es Encofrados Alsina, con sede en Montcada i Reixac (Barcelona). La compañía, fundada en 1950, se halla bajo las riendas de Jaume Alsina, consejero delegado y miembro de la tercera generación de la saga, quien destaca la “visión a medio y largo plazo” como receta para mantener en pie una empresa. Con todo, reconoce que la suya es una “multinacional de bolsillo” con presencia en 15 países.

“Somos empresas que estamos por el mundo pero que aún tenemos un tamaño pequeño y nos cuesta competir con los grandes, pero la capacidad de innovación y flexibilidad también nos permite ser mucho más ágiles”, señala Jaume Alsina. “Es importante que se pongan las cosas fáciles para que las pymes puedan hacerse grandes porque muchas legislaciones invitan a lo contrario”, continúa.

Asimismo, el empresario reivindica la colaboración público-privada como medio para superar la crisis. “Tenemos que sumar lo mejor de los dos mundos: la capacidad que tiene la administración para implantarse en un territorio y transformar las cosas, y la cadena de valor de las empresas para que todo se ejecute”. Sin embargo, critica que la mayoría de proyectos estén vinculados a un “horizonte de cuatro años”: “Si superamos la visión de que esto va más allá de una legislatura y es algo que se necesita como país, avanzaríamos muchísimo”.