El presidente de la Generalitat, Artur Mas (izquierda), junto al líder de Cecot, Antoni Abad (derecha), en una imagen de archivo

El presidente de la Generalitat, Artur Mas (izquierda), junto al líder de Cecot, Antoni Abad (derecha), en una imagen de archivo

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Mas pierde su primer gran apoyo: el presidente de la patronal Cecot

Abad, que tradicionalmente ha sido muy cercano a CDC, critica las “incertidumbres” que existen en cómo se diseñaría un eventual nuevo país

26 julio, 2015 13:30

El presidente de la Generalitat, Artur Mas, consigue rechazos a la lista única de sectores poco sospechosos de alinearse en contra de las políticas de CDC. El último, el del presidente de la patronal de Terrassa (Barcelona) Cecot, Antoni Abad. El patrono ha evitado hacer sangre, pero manifestó en una entrevista con Europa Press publicada este domingo que la “excepcionalidad” del momento que reivindica el Govern les ha dejado de lado. “No entramos en la fórmula”, sentenció.

Abad ha sido uno de los principales apoyos empresariales de Mas en el proceso soberanista. Ha sido una de las pocas voces críticas en el seno de Foment del Treball por la oposición de la gran patronal catalana al envite nacionalista e incluso impulsó actos para intentar erosionar la imagen de unidad de la patronal contra el Ejecutivo. El más significativo fue un encuentro para dar un espaldarazo al presidente en Girona que incluyó a Cecot, las delegaciones de la zona de Pimec y la organización que representa a las pymes dentro de Foment, Fepime, que levantó polvareda en e edificio noble de Vía Laietana (sede de la gran patronal).

El líder de la patronal de Terrassa fue militante y candidato por CDC en el Congreso, el 11 de la lista que encabezó Xavier Trias en el año 2000, y se encargaba de capitanear la sectorial de industria del partido. Él mismo reconoció que quería ser el consejero del área económica del Govern de la Generalitat en la primera legislatura de Artur Mas y su nombre fue uno de los que más fuerza tenían para encargarse del departamento de Empresa, que fue encabezado por un independiente con una trayectoria muy gris en la Generalitat: el profesor de Esade Francesc Xavier Mena. 

Preocupación por la falta de diálogo

Ahora, el líder de Cecot afirma que el empresariado está desconcertado con las dificultades que existieron en sacar adelante la lista unitaria, especialmente cuando se intentó apear a Mas. "Hacer política sin políticos no lo entendíamos, pero a partir de aquí, el momento es tan excepcional que ya no entramos en la fórmula", manifestó.

Abad aseguró que existe preocupación en los círculos empresariales por los puentes rotos entre Barcelona y Madrid, y viceversa, ante el envite del proceso nacionalista. “Si se impulsa dialogando es una cosa, y si se hace desde la radicalidad máxima, las cosas se complican para todo el mundo", manifestó.

La independencia no es necesaria

La “mayor incertidumbre” de los ejecutivos surge por la falta de información sobre cómo se diseñará un eventual nuevo país y “con qué punto de diálogo u hostilidad”. La culpa de este escenario está repartida entre la Mas y Rajoy: “Tanta responsabilidad tienen unos como otros, en el grado de fricción e incertidumbre".

Para Cecot, el objetivo ideal es conseguir "un país nuevo en términos de modernidad, competitividad, de mejor gobernanza y más calidad democrática"; y esto se puede conseguir sin la independencia, avisa el líder patronal. Lo que resulta indispensable es que los empresarios participen en la toma de decisiones.

La Cecot, con el derecho a decidir

Abad alineó a Cecot con el “derecho a ser consultados” y cargó contra el Gobierno central por las “carencias democráticas” y por no permitir mejoras en el modelo de financiación catalán. Sostuvo que esta política se traducía en una falta de competitividad para las empresas y criticó “la falta de negociación” en España desde la Transición.

“El 27S ya veremos qué ocurrirá, pero lo que ya sabemos es que el inmovilismo no nos conviene”, sentenció.