Miquel Lliteras, el director general de Vilanova Grand Marina, ante un yate de gran eslora / CG

Miquel Lliteras, el director general de Vilanova Grand Marina, ante un yate de gran eslora / CG

Business

Vilanova, nuevo epicentro de los superyates en Cataluña

La Grand Marina del municipio de playa, alternativa a los ricos catalanes que buscan privacidad y amarres más económicos que en Barcelona

29 noviembre, 2021 00:00

41º 12’N /01º 43’ E. Estas son las coordenadas que llevan directamente a Vilanova Grand Marina (VGM), un puerto deportivo de primera clase para superyates 45 kilómetros al sur de Barcelona que aspira a convertirse en uno de los enclaves de lujo del Mediterráneo. Previo a ello, para acceder a su interior, es necesario pasar un control de código internacional de seguridad PBIP.

Su principal accionista es Pendennis Shipyard, una empresa con sede en Falmouth (Reino Unido), y que ha invertido cerca de 10 millones de euros en los últimos años para convertir esta exclusiva marina en un centro de mantenimiento y reparación de 30.000 metros cuadrados. Equipado tanto con un travelift de 200 toneladas como uno de 620, el muelle presta servicio a estos colosos de los mares de hasta 75 metros de eslora.

La pandemia no afectó

Inaugurada en 2009, Vilanova Grand Marina dispone de 48 puntos de atraque con capacidad para barcos de recreo de hasta 130 metros. Unas embarcaciones de gran tamaño que trazan sobre el azul del Mediterráneo el skyline de la fachada marítima de la capital del Garraf.

Un yate en reparación en Vilanova Grand Marina / CG

Un yate en reparación en Vilanova Grand Marina / CG

Según revela, Miquel Lliteras, director general de VGM, el muelle funciona a pleno rendimiento, dotado de la más alta tecnología. Ha pasado, dice, la pandemia "sin perder negocio reteniendo clientes". 

Alternativa a Barcelona

Lliteras, un veterano profesional formado en la cantera de MB92 de Barcelona, uno de los mejores varaderos del mundo, da algunas claves de por qué Vilanova es alternativa a Barcelona para los yates de los acaudalados. "Los precios son menores, y hay cierta discreción que no tienes junto a una gran ciudad", desliza. 

Dicho y hecho. A la sombra del complejo náutico de la Ciudad Condal, que incluye MB92, Marina Port Vell, Marina Vela y Port Olímpic, Vilanova, concesionada a la británica Pendennis, se ha hecho con una destacada cuota de mercado. "Tenemos la zona de amarres y el área técnica abierta, lo que da versatilidad", justifica el directivo de origen mallorquín. 

Sobre los 50 metros de eslora y anglosajones

Con estos mimbres, la coqueta marina es un refugio al sur de Barcelona para los navegantes posh. ¿Qué perfil atraen? "Mayoritariamente yates de entre 35 y 60 metros de eslora propiedad de ciudadanos anglosajones", informa Lliteras. 

Un yate amarrado en Vilanova Grand Marina / CG

Un yate amarrado en Vilanova Grand Marina / CG

Es un perfil de visitante que complementa los grandes monstruos de más de 100 metros de casco estacionados en la capital catalana, y que son, muy frecuentemente, de "rusos o pasaportes de la antigua Unión Soviética". 

Competencia de Francia

De hecho, Vilanova no otea a Barcelona como rival, sino como colaborador. "Trabajamos en contacto entre nosotros para dar el mejor servicio a los yates que navegan por el Mediterráneo", subraya. En efecto, el principal competidor de la localidad costera no es la Ciudad Condal, sino Palma y su Club Náutico, Club de Mar y diques secos. 

"Mallorca está al límite de capacidad, y Vilanova es una alternativa para los buques medianos". Sobre el papel, los puertos españoles compiten entre sí, pero sobre todo con los países vecinos. "Las dársenas nacionales son mucho más modernas que en Francia e Italia. España es el mejor país para invierno y los refit de los yates". 

El mejor taller del mundo

Este argumento lo confirman desde el Clúster Náutico Catalán. "La flota de yates en España es un 90% de propiedad y un 10% de alquiler. Los dueños lo utilizan allí donde veranean", explican. "Un barco no es como un coche, con el que es opcional tener párking. Necesitas un amarre sí o sí", recuerdan. 

Así, los puertos catalanes, también Vilanova, pueden hincar el diente a un mercado de lujo que, en otras circunstancias sería inaccesible. "Las embarcaciones de gran eslora vienen a Barcelona o Vilanova a pasar el invierno y repararse. Tenemos las mejores instalaciones del mundo", explican. 

Una de las grúas para yates de Vilanova Grand Marina / CG

Una de las grúas para yates de Vilanova Grand Marina / CG

Impacto económico

Esta industria, "demonizada" según los directivos que la rigen, deja una huella económica colosal. "Cuando llega un buque para ponerse a punto, hay una cadena de contratos y subcontratos con empresas especializadas. Y las tripulaciones pernoctan allí, o en hoteles del puerto, y gastan en el municipio", recuerda Lliteras

Negro sobre blanco. En invierno, equipamientos como MB92 registran 2.000 o 3.000 entradas de trabajadores, equivalente, por ejemplo, a todo el personal de Nissan Barcelona afectado por ERE. Ese impacto, no obstante, no está a salvo de la zozobra ambiental. "Si aumentamos los impuestos al sector, como se ha hecho recientemente, perdemos competitividad con rivales como Francia e Italia", recuerda Lliteras, que hace hincapié en que el impuesto de matriculación "no existe en los destinos competidores". 

¿Famosos? "Discreción"

Sea como fuere, desde el sector recuerdan que la autonomía catalana ya tiene al menos cinco puertos para bregar en el mercado de las grandes esloras. Son Vilanova, la Marina Port Vell y Marina Vela de Barcelona, Marina Port Tarraco y Port Marina Palamós.

¿Qué barcos de famosos siestean en estos amarraderos? "Los propietarios suelen optar por la discreción y, después del 11S en Estados Unidos, por la seguridad", explican desde Vilanova. En ello Cataluña es imbatible, pues "cuando atraca un superyate millonario no es noticia, no como en Baleares". Así, en el puerto de costa catalán reposa el juguete de una poderosa familia que rige aún una conocida marca de colchones para dormir. Pero, como el resto de clientes, prefiere permanecer en lontananza, fuera del ojo avizor.