Marcos de Quinto, exvicepresidente de Coca-Cola / EE

Marcos de Quinto, exvicepresidente de Coca-Cola / EE

Business

Marcos de Quinto: “El problema de la Marca España es que no se sabe qué producto vende”

El exvicepresidente ejecutivo de Coca-Cola hace balance de sus años en la compañía, que ha dejado en 2018 después de 36 años

22 septiembre, 2018 16:02

Marcos de Quinto ha dejado este año Coca-Cola. Después de 36 años en la multinacional, decidió dimitir de su cargo como vicepresidente ejecutivo y, ahora, hace balance. “He dejado la compañía manteniendo una fuerte relación de amistad con mis compañeros”, asegura en una entrevista en El Confidencial Digital. De Quinto explica que cuando se convirtió en vicepresidente ejecutivo de la marca de bebidas tuvo que trasladarse a Atlanta.

“Tuve que dejar demasiadas cosas atrás. Entonces aprendí que la vida no puede consistir en estar continuamente subido en un tren sin destino concreto, que hay un momento en el que hay que apearse”, indica. Desde una marca internacional, ha visto cómo evolucionaba la economía y la política española de las últimas tres décadas, y esto le ha permitido vivirlo en perspectiva.

El Mundial y las estrellas Michelin

España se ve en el exterior como una “democracia parlamentaria seria y un país estable con un cierto crecimiento económico”, afirma. Y añade: “La opinión pública internacional no se cree las exageraciones internas”. En cuanto a la Marca España, ve un problema de base: “No se sabe qué producto vende”. Es por esta razón que son aquellos que lo venden que terminan siendo el producto, opina.

“Pobre España el día que no nos clasifiquemos para los Mundiales o perdamos las estrellas Michelin…”. El empresario considera que el país podría competir por ser una “especie de centro de conocimiento, formación, investigación y cultura” y que tiene la capacidad y los recursos para “formar élites”.

La Constitución y Cataluña

Sobre la situación política actual, De Quinto piensa que Pedro Sánchez no está sacando lo “más positivo” de las siglas del PSOE. Cree que el partido está “hipotecado” y que esto puede llevar a “tomar medidas que no convengan al país”: “Entre lo que le interesa a Pedro Sánchez para mantenerse en el poder y lo que necesita España, hay una brecha”.

Sobre Cataluña, dice que “me parece estupendo que alguien sea independentista, pero no se puede aceptar que pretendan imponer su credo al resto de personas saltándose las leyes”. En este sentido, ve el debate sobre la reforma de la Constitución –que abrió Sánchez con el anuncio de que el Gobierno limitará los aforamientos– “pervertido”: “Espero que esta reforma no sea una espita para contentar al independentismo”.