De izquierda a derecha, Jaume Graell, vicepresidente de Amics del Liceu, Roger Guasch, director general del gran teatro de la ópera, y Ramon Bassas, presidente de la asociación

De izquierda a derecha, Jaume Graell, vicepresidente de Amics del Liceu, Roger Guasch, director general del gran teatro de la ópera, y Ramon Bassas, presidente de la asociación

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El Liceu consigue que la entidad de amigos del teatro actúe como red de micromecenazgo

La organización firma un convenio en el que la entidad independiente se convierte en otro captador de fondos para la casa de la ópera de Barcelona

30 marzo, 2016 14:02

El Gran Teatro del Liceu, emblema de la burguesía catalana e impulsor de la ópera en Barcelona, ha marcado un hito: que Amics del Liceu pase de ser una entidad que organizaba actos en el edifico de las Ramblas a convertirse en un captador de fondos más para la organización. Cubrirá uno de los segmentos que hasta ahora se han resistido al departamento de patrocinios del teatro --que consigue el 14% del presupuesto--: el micromecenazgo.

Ambas organizaciones han firmado un convenio de colaboración que se hizo público este miércoles. El primer ejercicio se plantea como una transición de los modelos para la entidad. Amics del Liceu aún recibirá una aportación del teatro, que se queda lejos de los 5.000 euros que recibía antes de la crisis, y pone en marcha un primer diseño para captar aportaciones de sus 1.200 asociados.

Donaciones de hasta 800 euros

Las cuotas de la asociación se mueven entre los 80 y los 40 euros (si se es menor de 30 años) y se han planteado tres tipos de donaciones: de 200, 500 y 800 euros anuales. Esperan captar 100.000 euros, el precio que costará la primera actividad operística que financiarán. Se trata del programa Liceu a la fresca, en el que asumirán los costes de grabación, producción y proyección de la ópera La bohème de Puccini en la playa de San Sebastià de La Barceloneta en julio.

Poco a poco, asumirán proyectos de mayor tamaño y más costosos. “Nuestro objetivo es crecer en número de socios”, manifestó el presidente de la asociación, Jaume Graells. Además de pagar eventos en el teatro, otra forma de aligerar los costes ordinarios de la organización cultural, Amics del Liceu se incorporará en el consejo de patrocinio del teatro.

Adaptar el proyecto

Roger Guasch, director general del Liceu, comentó que tras los primeros meses de esta colaboración se volverá a estudiar el plan de micromecenazgo del teatro para “adaptarlo” a las demandas de los socios. Se podrá replantear desde las cantidades económicas de las donaciones a las fórmulas para abonarlas, incluso está sobre la mesa propiciar los pagos a plazos.

El objetivo es captar nuevos fondos para el Liceu. Las ventajas que recibirán los amigos del teatro a cambio es un libro de la temporada de ópera, la revista bimensual Obertura, un DVD con el resumen de los espectáculos de la temporada, pases a los ensayos, preferencia para asistir a las actividades gratuitas, comprar primero entradas o descuentos, entre otros. No implica convertirse en socio de la temporada de ópera en Barcelona, pero sí vivir la vida del teatro más burgués de las Ramblas.

Fiscalidad de las donaciones

En cuanto a la fiscalidad de las donaciones, por el momento los micromecenas no se beneficiarán de las ventajas que tienen los grandes promotores al ser el Liceu un evento de especial interés cultural de España. La ley de mecenazgo nacional es ambigua en esta cuestión, aunque el equipo legal del teatro ha encontrado “una rendija que está en estudio”, según Guasch. Si se llega a buen puerto, la ventaja se recibirá la próxima temporada.

La transformación de Amics del Liceu es un paso más del plan de viabilidad que el director general del teatro puso en marcha en 2014 y que estará vigente hasta el final de la temporada.