El gigante de moda francés Lacoste ha anunciado este martes que pasará las tijeras por su negocio en España. De hecho, contempla servir directamente desde las factorías galas todas las prendas que se le pidan desde el mercado nacional. El principal impacto de esta medida es laboral.
Ha activado en Lacoste Ibérica un expediente de reducción de empleo (ERE) que afectará a 100 personas de las 436 que trabajan en estos momentos en el país, tal y como informa la agencia EFE. Cifra que implica prescindir del 23% de la plantilla que heredó de Basi.
Adquisición del negocio de Basi
Cabe recordar que la multinacional se hizo fuerte en el país hace exactamente un año. Basi, la textil catalana que históricamente se había encargado de la distribución de la marca en España, vendió por una cifra que nunca se reconoció de forma pública el 100% de Basi SA, una empresa que facturaba 85 millones en el ejercicio previo a la operación.
Implicó el traspaso de este negocio y la totalidad de la plantilla que trabajaban por esta firma. La compañía catalana se centró en la comercialización de las marcas Armand Basi, Cole Haan y Nautica. Fuentes laborales especulan con que existía una cláusula de continuidad laboral que ya habría vencido, cuestión que no ha sido confirmada por el grupo.
Afectación del ERE
El ERE afectará a las 58 personas que trabajan en el almacén situado en Barberá del Vallès (Barcelona) desde el que se distribuyen las prendas con el famoso cocodrilo y a los siete empleados del establecimiento propio situado en la calle Balcells de Barcelona, tal y como indica EFE. En las oficinas centrales habrá cierta continuidad en la plantilla, ya que los planes iniciales contemplan la amortización de tan solo 35 empleos.
Estos son los planes iniciales de la multinacional. A partir de la próxima semana se deberá empezar a negociar con el comité de empresa del grupo. De entrada, se reclama como imprescindible un plan de prejubilaciones.
Los sindicatos recuerdan que la edad media de los empleados del grupo es elevada y que se trataría de una medida no traumática para asumir la mayoría de esta reducción del empleo. Aunque también se aspira a corregir la corrección de este 23% de la masa laboral de Lacoste en el país.
Más control desde Francia
La marca francesa dejó de fabricar en España en 2013. En ese ejercicio indicó que era prioritario unificar los procesos productivos para asegurarse que todas las colecciones que se vendían en el mundo tenían los mismos estándares de calidad. Fue el inicio de la lavada de imagen de la marca, que intentó incrementar un poco la percepción que tenía el ciudadano de ella y ganar enteros de exclusividad.
La reestructuración del negocio en España también se enmarcaría en este gran objetivo. Más allá del hachazo en la estructura laboral, los headquarters franceses ganan más poder en la toma de decisiones en todos los procesos hasta que se llega a la venta. Incluso toma las riendas directas de la histórica tienda de la capital catalana. Con todo, esta hoja de ruta está pendiente del pacto laboral.