Alexis Tsipras entra en la sede de la presidencia del Gobierno griego ayer, a su regreso de Bruselas

Alexis Tsipras entra en la sede de la presidencia del Gobierno griego ayer, a su regreso de Bruselas

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La incertidumbre se mantiene sobre Grecia pese al acuerdo

Los observadores coinciden en que el pacto puede asegurar la devolución de la deuda, pero no estimula la recuperación económica

13 julio, 2015 21:27

Los parabienes oficiales que han seguido al acuerdo entre la Unión Europea y Grecia no ocultan la cruda realidad: que el país no está ahora en mejores condiciones para afrontar su futuro que antes de las negociaciones y del pacto.

El propio Alexis Tsipras, el primer ministro griego, ha asegurado que el acuerdo permitirá al país recuperarse, pero sus declaraciones son más un ejercicio de voluntarismo que un reflejo de la realidad.

Culpa del Gobierno griego

El consenso de los expertos es que el final de este tramo de la negociación para el tercer rescate ha sido el que tenía que ser por culpa del propio Gobierno de Atenas, pero que otra cuestión es cómo afectará a la economía del país.

El corralito se mantiene hasta el miércoles, día en que el BCE debatirá si continúa con la asistencia para facilitar liquidez. Hay serias dudas de que Grecia pueda salir del pozo y más todavía sobre si le ayudará un acuerdo que se centra mucho más en que devuelva la deuda y bastante menos en que su economía se recupere.

Las bolsas han reaccionado bien, con ganancias cercanas al 2%, pero con cautela, mientras que la prima de riesgo han bajado sensiblemente. La española se ha situado en 126 puntos, frente a los casi 160 de hace unos días.

Las acusaciones del Nobel

Paul Krugman ha publicado un artículo en el que acusa a Alemania de haber promovido unas negociaciones políticas de castigo a los griegos, lo que supone un peligro para el futuro de la Unión. El premio Nobel insinúa, de hecho, que la voluntad última de Berlín sería impedir la recuperación de la economía griega. Lejos de generar confianza, el pacto a que se ha obligado a Atenas aumenta, dice, la desconfianza en Alemania.

La nueva fase en que entra Grecia se va a estrenar con una crisis política, puesto que Tsipras tendrá que remodelar su Gobierno y prescindir de los ministros que no aceptan el acuerdo.

Inestabilidad política

En el Parlamento tampoco conseguirá su objetivo fácilmente, dado que una parte de su propia organización, Syriza, no apoyará el pacto. Y tampoco lo harán todos los diputados de sus socios de coalición, Griegos Independientes.

Quienes sí han anunciado su respaldo es el socialista Pasok, el centrista To Potami y los conservadores de Nueva Democracia. Los tres son candidatos a formar un eventual Gobierno de concentración y a disputarle la mayoría a Syriza en las nuevas elecciones anticipadas que ya se dibujan en el horizonte y en las que Syriza difícilmente volverá a ganar.