El número de autónomos sube a 3,26 millones hasta septiembre

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La batalla de los autónomos se traslada a la cotización

Mientras Pimec defiende ligar la cuota a los ingresos, desde ATA rechazan esta medida hasta que no se establezca una metodología para determinar los devengos

9 abril, 2019 00:00

¿La cotización de los autónomos debe estar ligada a sus ingresos? Esta es la nueva batalla en el sector. Mientras desde Pimec se muestran favorables a esta medida, la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA) se posiciona en contra “hasta que no se establezca una base sobre los ingresos”.

“Si se fijase esta cuota en base a los devengos de los 18 meses anteriores, el trabajador puede ingresar más o menos en este ejercicio”, razona Celia Ferrero, vicepresidenta ejecutiva de ATA. ¿Cuál es el problema? Una de las características del trabajo del autónomo es la incertidumbre, no sabe cuánto va a facturar al mes siguiente, y ni si quiera si va a cobrar. “¿Cómo sería la metodología para determinar esos ingresos?”, cuestiona. Por su parte, Miquel Camps, presidente de Autónomos Pimec, cree que esta medida sería beneficiosa para "acabar con parte del miedo y la inseguridad" de este colectivo. 

Sin rendimientos netos

Ligar los ingresos con la cuota implicaría tener diferentes aspectos en cuenta, ya que algunos de estos trabajadores no tienen rendimientos netos, como los autónomos societarios. “¿Sobre qué ingresos se aplicaría esta medida, sobre el individuo o sobre la propia sociedad?”, se pregunta Ferrer.

“En los últimos años se han aprobado muchas iniciativas para equiparar la situación de los autónomos a la de los asalariados, y a día de hoy se puede decir que tienen los mismos derechos a nivel nominal. Lo único que aún no se ha conseguido es la jubilación anticipada. Pero desde el punto de vista de la cobertura efectiva, es decir, la contribución que hace el emprendedor --la que determina la cuantía de la prestación-- todavía queda mucho por hacer”, sostiene la vicepresidenta de ATA. ¿Por qué? “Las prestaciones son un 40% más bajas que las de los asalariados, porque también cotizan un 40% menos”, explica. ¿Cuál es el problema? “Que los criterios de la Seguridad Social se establecen en base a los criterios de tiempo y lugar de los asalariados, y el autónomo tiene una incertidumbre de ingresos, lo que hace que la periodicidad de pagos que se exige desde el punto de vista de la cotización, no corresponda a sus momentos de liquidez, porque nunca sabe lo que va a ingresar”.

Una autónoma repasa las cuentas de su negocio

Una autónoma repasa las cuentas de su negocio

Una autónoma repasa las cuentas de su negocio

Sistema de cotización

“Pedimos que se tenga en cuenta a aquellas personas que se encuentran por debajo del salario mínimo interprofesional (SMI), pero no somos partidarios de un sistema de cotización en función de los ingresos hasta que no haya una aclaración de la metodología”, aclaran desde ATA.

“Estaríamos de acuerdo si la metodología fuese apropiada”. ¿Cómo? “Los ingresos del autónomo solo los sabe él. Hacienda da los ingresos netos a los 18 meses de haber presentado los impuestos. Si a mí me exigen la cuota de mañana en función a los ingresos que he tenido hace año y medio, puede que yo no haya facturado lo mismo”, sostiene. Este no es el único supuesto, ya que hay muchos que no tienen rendimientos netos como tal. ¿Por ejemplo? Los autónomos societarios, que son más de un millón en España. En ese caso, pregunta Ferrero, "¿qué computaría, los ingresos como autónomo o los ingresos como sociedad?”. Lo mismo sucede, apunta, en el supuesto de los colaboradores familiares, que podrían no tener correndimientos netos propios.

Sin periodicidad de ingresos

No es que desde ATA rechacen la propuesta, sino que sostienen que a día de hoy, los ingresos de los autónomos no son “medibles”. Aún hay más dificultades. Si un pequeño autónomo con un comercio guarda una cantidad determinada, bien para invertir en su negocio, o para contar con liquidez al año siguiente, ese dinero ¿tendría que destinarse directamente a la contribución de la Seguridad Social? El emprendedor se quedaría entonces sin fondos para hacer frente a gastos imprevistos.

“Si damos por hecho que los ingresos que ha obtenido durante ese año son para hacer frente a la Seguridad Social, el autónomo se quedaría sin un colchón para el siguiente”, explican desde ATA. “Claro que estamos de acuerdo con que el que cobra más debería cotizar más, el problema es que no existe una periodicidad de ingresos regular”, sostiene Ferrero. “Ahora mismo no es factible”, apunta. ¿Qué medidas sería necesarias? Que la corrección se hiciese post-ejercicio, es decir, al final del año fiscal. “Como la declaración de la renta: que se determine si en función de los ingresos se tenía que haber cotizado más o menos, y que se exija un pago mayor o se produzca una devolución, o que la cotización extra sirva para aumentar la base”, explica.

Lorenzo Amor, presidente de ATA / EFE

Lorenzo Amor, presidente de ATA / EFE

Lorenzo Amor, presidente de ATA / EFE

Medir los ingresos en tiempo real

“Habría que buscar una fórmula para medir los ingresos en tiempo real, y ahora mismo no se puede hacer”, señalan desde ATA. ¿Qué opciones existen? “Las aportaciones voluntarias”. Seguir cotizando por la base mínima, para incentivar que los que tengan ingresos superiores decidan pagar más, si quieren, y así hacer una mayor contribución en épocas de bonanza --cuando tenga mayor liquidez--, y esta aportación se vería reflejada en la futura pensión.

“En vez de invertir en planes de pensiones, con los que también estamos de acuerdo, se puede contribuir más a la Seguridad Social, de cara a una mejor jubilación”, explica Ferrero. Sería una forma de evitar que estos trabajadores se vean perjudicados por el aumento de las bases de cotización. Así, solo tendrían que aportar más, en caso de contar con una cuenta de resultados favorable. Mantener la cuota mínima y que el trabajador decida, en función de los ingresos, los periodos en los que puede contribuir más.

Digitalización y falsos autónomos

Esta asociación también aboga por implementar ayudas a la digitalización. “Permitirá mayor certidumbre y transparencia, y la trazabilidad en un futuro, para poder acceder a la fiscalidad y a la Seguridad Social en tiempo real". "Creemos que también es la mejor forma de luchar contra los falsos autónomos --una figura que no tiene medios de producción propios y que presta sus servicios para una sola empresa, como si fuese un asalariado--”, sostienen desde ATA. ¿Cuál es el principal problema? “La confusión entre esta figura y el TRADE -- trabajador autónomo económicamente dependiente--”. Motivo por el que piden que exista un registro de este tipo de trabajadores para evitar los fraudes

"Estar en una cadena de producción no es ser autónomo", recuerda Camps, quien aboga por "concienciar" para evitar que asalariados ejerzan bajo la figura de emprendedores. "Hay que perseguir el fraude, y el empresario debería hacer frente a sanciones cuando éste se produzca". 

Un autónomo en su taller

Un autónomo en su taller

Un emprendedor en su taller

Morosidad

¿Cómo combatir la falta de certidumbre que sufren? “El que quiere seguridad no escoge esta profesión, porque serlo significa asumir un riesgo empresarial”, explica Ferrero. Eso sí, desde diversas asociaciones de estos emprendedores critican que la morosidad es la mayor incertidumbre a la que tienen que hacer frente. “Esa es una de nuestras grandes preocupaciones y todavía no se ha resuelto el régimen sancionador”, lamenta.

Para combatir los casos de impago, abogan por implementar un buzón anónimo para poder denunciar --nadie va a acusar a su proveedor--, así como un régimen sancionador en caso de que se demuestre mala fe. “Algún autónomo puede no hacer frente a los pagos porque a su vez otro cliente no le ha pagado”, explica Ferrero. De ahí la importancia de determinar la causa del retraso del abono, y aboga por “un sistema que evalúe cada uno de los casos”.

Ley de Segunda oportunidad

Otro punto de acuerdo entre las asociaciones de emprendedores es la falta de "red seguridad" a la que tienen que hacer frente. “No hay un itinerario de reinserción tras un fracaso”, denuncia Ferrero. En la misma línea se manifiesta Camps, quien explica que solo el 20% de los autónomos es capaz de volver a emprender si no triunfa en su actividad empresarial, y critica la "deprotección social" que sufren a lo que se ven sometidos.

“Lo más normal es que a la primera fracases”, explican desde ATA, y por eso piden que existan ayudas para que “puedan volver a levantarse”. “Todavía queda mucho por hacer, necesitamos servicios de apoyo y asesoramiento, para que ningún emprendedor quede desprotegido”, sostiene Ferrero.