Jaume Alzamora, nuevo gerente de la Agencia de Turismo de Baleares / CG

Jaume Alzamora, nuevo gerente de la Agencia de Turismo de Baleares / CG

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"Baleares no es el lugar para venir a emborracharse"

Jaume Alzamora, nuevo gerente de la Agencia regional de Turismo, cree que las islas "han rebasado su capacidad turística en verano"

1 diciembre, 2017 00:00

Jaume Alzamora Riera (Mallorca, 1971) fue nombrado dos semanas atrás nuevo responsable de la Agencia de Turismo de Baleares (ATB). Con el cargo recién estrenado, ha visitado la feria IBTM World de Barcelona, que concluyó ayer jueves. ¿Su responsabilidad? Vender las cuatro islas como un lugar con mucho más que ocio.

—Pregunta. Está usted en una feria de viajeros corporativos. ¿Qué ofrece Baleares en ese campo?

—Respuesta. Ofrece mucho. Su experiencia turística, sus infraestructuras, máxime ahora que ya contamos con el nuevo Palacio de Congresos. Y la oferta complementaria: gastronomía, bienestar o deporte, que pueden ayudar a segmentos específicos.

¿Son ustedes capaces de competir con Madrid o Barcelona?

—Queremos llegar a lo más alto. El Palacio de Congresos debe jugar un papel central. Y no será por falta de experiencia turística en Baleares.

Usted es el responsable de 'vender' las cuatro islas en el exterior. ¿Qué imagen le gustaría proyectar?

—Nos centraremos en una campaña que se llama Better in Winter (Mejor en invierno). El nombre lo dice todo: Baleares, durante la temporada baja, tiene grandes atractivos que debemos fomentar.

Está usted en Barcelona, cuyo turismo ha sufrido por la reciente tensión social. ¿Se han beneficiado ustedes de ello?

—Debemos centrarnos en nuestro producto. Venderlo bien. Las coyunturas son sólo eso: momentos puntuales. Debemos recorrer nuestro camino y posicionarnos como producto competitivo frente a lo que nos rodea.

Recientemente han quebrado dos aerolíneas (Monarch y Air Berlin). En Baleares, ¿han perdido conectividad aérea?

—En invierno, las cuatro islas tendrán más vuelos que nunca con el resto de Europa. ¿Las insolvencias que usted menciona han incidido? No lo sabemos. Nuestra labor es mirar la estructura, no a la coyuntura, y que el destino esté lo más conectado posible el máximo tiempo posible.

Baleares, ¿ha rebasado su capacidad turística?

—En verano, sí. Pero en invierno tenemos aún capacidad. A colación de ello, vendemos el invierno: el verano se vende solo. Es lo que se llama desestacionalizar el sector. Aprovechar los huecos que aún tenemos en temporada baja.

¿Qué le diría a alguien que planea ir de fiesta a Baleares?

—Que se equivoca de lugar. El archipiélago tiene un abanico de productos turísticos mucho más amplio que la fiesta.

¿Quién cultivó esa imagen de ocio?

—No este gobierno, que centra sus esfuerzos en la temporada baja, y lleva dos años y medio haciéndolo. Yo acabo de llegar, pero mi labor es de continuidad de un trabajo que ya se estaba realizando.

¿Les funciona? ¿La gente viene a, por ejemplo, Mallorca en invierno?

—Las cifras dicen que sí. Tenemos más conectividad aérea que nunca.

¿Qué encontrará un turista en enero en Baleares?

—Una oferta gastronómica muy amplia, un rango cultural muy importante. Eventos deportivos que se celebran en temporada baja. Una gran oferta corporativa, como la de esta feria. O turismo de salud y bienestar. Hay muchos motivos: un turista encontrará productos de calidad.

El turismo está en la diana por los sectores a los que beneficia. Sus beneficios, ¿llegan a todo el mundo?

—Queda mucho trabajo por hacer. No es sólo atraer turistas. Se trata de hacer que este negocio sea sostenible y retorne a la sociedad parte de su coste económico y medioambiental.

Fácil de decir y difícil de hacer.

—Hay proyectos que ya están en marcha. En materia impositiva, por ejemplo, hay formas de repartir los beneficios.

Los hoteleros dirán que el impuesto de turismo sostenible (aprobado en 2016) les hace menos competitivos.

—Y las ocupaciones son mejores que nunca. Quizá es un argumento para asustarnos. El impuesto de turismo sostenible no ha perjudicado para nada a Baleares. Ni en verano ni en invierno.

¿Qué ofrecen las cuatro islas que no encuentre un viajero en Túnez o Egipto?

—Un producto diferenciado, cualitativo. La gente puede vivir experiencias y repetir. Queremos crear prescriptores.

¿Temen que esos mercados rivales vuelvan al mapa?

—Nunca tomaremos las decisiones en función de la coyuntura. Esa línea de trabajo nos lleva a crear productos específicos gastronómicos o culturales que nos diferencien del resto.

En otras palabras. ¿Sol y playa sí, pero otras cosas también?

—Otras cosas, sobre todo. El sol y la playa los tenemos y funcionan muy bien. Pero debemos potenciar el resto de atractivos que tenemos, que son muchos.