La biotecnológica Inkemia ha regresado a Cataluña tras fugarse a Madrid en plena tensión política, social y económica durante el desafío independentista que orquestó el antiguo Govern autonómico en 2017. La firma ha inscrito su domicilio social en Mollet del Vallés (Barcelona) tras hacerlo en la localidad madrileña de Tres Cantos en octubre del pasado ejercicio.
La enseña, que cotiza en el Mercado Alternativo Bursátil (MAB), fue una de las primeras empresas que abandonaron Cataluña a causa de las fuertísimas tensiones que provocó el órdago independentista que encabezó el Gobierno catalán que comandaba el expresidente catalán Carles Puigdemont, actualmente prófugo de la justicia en Waterloo (Bélgica). Le seguirían otras 5.000 mercantiles, incluidas seis de las siete cotizadas en el índice Ibex 35 que tenían su domicilio fiscal en la región. Solo Grifols aguantó la sede en Cataluña.
"Exhaustivo análisis"
Según ha avanzado Expansión, la firma, que aglutina gran parte de su actividad en el municipio de Mollet, en la conurbación de Barcelona, no ha querido explicar la vuelta del domicilio fiscal de la empresa a territorio catalán. Lo ha atribuido una fuente de la firma a un "exhaustivo análisis". No obstante, la decisión final deberá ser ratificada por la junta de accionistas de la sociedad.
Cabe recordar que otras firmas catalanas de tamaño mediano y cotizadas en el MAB como Eurona, Agile Content o Lleida.net cambiaron también cambiaron Cataluña por Madrid cuando el anterior Gobierno catalán de Puigdemont redobló su ofensiva separatista. Por su parte, la biotecnológica Pangaea Oncology se trasladó a Zaragoza. No figuran en este registro de fugas otras mercantiles con actividad en Cataluña que siempre han tenido su domicilio fiscal fuera de la autonomía. Son Medcomtech y Atrys Health (Madrid) y Ebioss Energy (Bulgaria).
5.000 empresas se van
Globalmente, cerca de 5.000 empresas trasladaron la sede fuera de Cataluña en plenas tensiones por el procés independentista. De todas las firmas que se fugaron a otros puntos de España destaca la vuelta de Aguas de Barcelona (Agbar), que anunció el pasado 4 de septiembre que volvía a inscribir su sede social en Barcelona diez meses después de que la instalara en Madrid. Atribuyó la firma que comanda Ángel Simón en la presidencia ejecutiva la decisión a la "estabilidad económica" y recordó que el movimiento de su domicilio fiscal se debió a la necesidad de "preservar la seguridad jurídica y sus intereses".
Días después, el actual Gobierno catalán minimizó el impacto de la fuga de empresas al calor del referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017 y de la declaración unilateral de independencia (DUI) fallida del mismo mes. Argumentó el actual Ejecutivo de Quim Torra que contabilizó 2.501 decisiones de octubre del pasado año a finales de julio de 2018, con una facturación total de 100.000 millones de euros. La consejera de Empresa, Àngels Chachón, aseguró que ello suponía una pérdida de solo el 0,59% de la base empresarial catalana, afirmarciones que generarin malestar en el sector empresarial.