Las infraestructuras son el principal componente de la cartera de IFM / EP

Las infraestructuras son el principal componente de la cartera de IFM / EP

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IFM, el superfondo que compró las joyas de la corona de OHL y FCC

Cerca de una treintena de fondos de pensiones aportan capital a uno de los grandes del sector de infraestructuras, que destaca además por su ambición y el cuidado del gobierno corporativo

26 enero, 2021 15:09

IFM, el fondo australiano que ha puesto sus ojos en el capital de Naturgy, no es precisamente un desconocido ni en el sector de infraestructuras --en el que es un referente mundial-- ni en España --donde ha protagonizado operaciones significativas, como la adquisición del negocio de concesiones de OHL y una participación del 49% en Aqualia, la filial de agua de FCC--.

Como partícipes, IFM cuenta con cerca de 30 fondos de pensiones, buena parte de ellos radicados en Australia y dedicados a la gestión de los ahorros de colectivos como bomberos, sanitarios y profesionales de la enseñanza. Su vocación inversora es de largo o muy largo plazo, en activos que les asegure una rentabilidad sostenible y recurrente. Autopistas de peaje, puertos y aeropuertos, redes eléctricas y compañías de ciclo integral del agua componen mayoritariamente su cartera.

Operaciones en España

En España, el fondo oceánico es célebre por la adquisición de la antigua OHL Concesiones, denominada posteriormente Aleatica, por algo más de 2.000 millones de euros. IFM, que ya había realizado otras operaciones con la constructora en México, aprovechó la complicada situación financiera de la compañía fundada por Juan Miguel Villar Mir para quedarse con lo que por entonces era su joya de la corona: una cartera de 14 concesiones de autopistas en España e Hispanoamérica, tres puertos y un aeropuerto que aportaba cerca del 95% del resultado operativo del grupo.

IFM también se hizo con una participación del 49% en Aqualia, el negocio más próspero y rentable de FCC, que igualmente fue empleado por el accionista mayoritario de la cotizada española, Carlos Slim, para mejorar la posición financiera de la compañía y permitir la vuelta del dividendo, suspendido desde 2012.

Perfil ambicioso

Por aquella operación, el fondo australiano abonó algo más de 1.000 millones de euros para una inversión perfilada a muy largo plazo. La prueba es que tras aterrizar en el capital de Aqualia, comenzó de inmediato a negociar un plan de negocio a 10 años para diseñar el futuro de la empresa.

En el contexto de los últimos años, marcado por el exceso de liquidez, IFM se mueve como pez en el agua. Expertos en el sector destacan el perfil ambicioso e incluso agresivo del fondo a la hora de abordar operaciones. En el momento en el que fija un objetivo, resulta difícil que se le escape.

Reputación y gobierno corporativo

No obstante, en el mercado también se conoce a IFM por su casi enfermiza observación de las cuestiones relacionadas con la reputación, el buen gobierno corporativo y los derechos de los trabajadores.

Del mismo modo, el fondo australiano ha puesto en primera línea de sus objetivos la alineación de sus inversiones con los objetivos de desarrollo sostenible y la lucha contra el cambio climático, con la meta de una economía totalmente descarbonizada en 2050, en línea con el Acuerdo de París.

Sin apenas financiación bancaria

Una meta que comparte con la compañía en la que pretende tener un papel relevante como inversor de referencia. De culminar con éxito, la adquisición del 22,7% de Naturgy supondría un desembolso de algo más de 5.000 millones, dos tercios más que la suma de sus otras dos grandes compras en España.

El dinero no supondrá un problema. En el comunicado oficial en el que anuncia la operación, IFM asegura que la mayor parte de la misma será financiada en efectivo.