La sede de Natrugy en Madrid  / EP

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Business

IFM-Naturgy: un año de la opa de los 8.700 millones de euros

La capitalización de la energética se ha elevado un 46% desde el primer anuncio de la oferta parcial del fondo australiano, cuyas consecuencias están aún en el aire

27 enero, 2022 00:00

Hace justamente un año, el fondo IFM daba un golpe encima del tablero del sector energético español al anunciar una opa parcial sobre Naturgy con la intención de hacerse con un 22,7% de las acciones. Tras 12 intensos meses, los grandes beneficiados han sido la inmensa mayoría de accionistas, aquellos que optaron por no acudir, toda vez que la capitalización bursátil de la energética se ha elevado algo más de 8.700 millones de euros.

Un avance de algo más del 46% que supone multiplicar casi por seis el experimentado por el Ibex 35 en el mismo periodo. Las cuentas reflejan que el tamaño en bolsa de Naturgy se ha incrementado en el último año una media que se aproxima mucho a los 24 millones de euros diarios. Es decir, que desde que IFM anunció la oferta, la compañía engordó su capitalización al nada desdeñable ritmo de un millón por hora.

Mucho dinero, pocos cambios

Además, los accionistas también se han embolsado en estos doce meses unos 940 millones de euros adicionales, correspondientes a los dos dividendos aprobados por el consejo de administración y repartidos antes de que la oferta llegara a su fin.

Sin embargo, esta lluvia de millones en forma de compras en el mercado y producto de luchas intestinas entre socios por incrementar su peso en el capital no se ha visto traducida en los correspondientes cambios en cuanto a la gobernanza de la empresa que preside Francisco Reynés.

Francisco Reynés, presidente de Naturgy, en una imagen de archivo / EUROPA PRESS

Francisco Reynés, presidente de Naturgy, en una imagen de archivo / EUROPA PRESS

Intenciones ahogadas

Por encima de la potencial revalorización de Naturgy, que ha ido mucho más allá del precio de 22,07 euros por acción incluido en la opa de IFM (tras los ajustes por los dividendos), el objetivo principal del fondo australiano era tener influencia en la gestión de la empresa y, para ello, entrar en el consejo con la misma representación que los tres socios de referencia de la compañía: Criteria, GIP y Rioja (controlada por CVC y con Corporación Financiera Alba como minoritario).

Doce meses después del anuncio de la oferta y casi tres meses después de la liquidación de la opa, la composición del consejo permanece tal cual estaba entonces. Las intenciones del fondo de ocupar dos puestos en el órgano de gobierno de Naturgy, manifestadas incluso en el propio folleto de la oferta, quedaron ahogadas en la pobre aceptación de la misma.

A la caza de la acción

Apenas un 10,83% del capital acudió a la opa, muy lejos del mínimo del 17% al que IFM había condicionado el éxito de la operación (extremo al que tuvo que renunciar a última hora) y que ni siquiera alcanzaba la mitad del total de las acciones a las que iba dirigida.

Una circunstancia que el fondo australiano trata de paliar con compras de títulos en el mercado tras la liquidación de la oferta con el fin de alcanzar al menos un 15% que pueda justificar la solicitud.

Pocas y muy caras

Sin embargo, el nuevo socio de Naturgy se ha topado con un valor que, tras la opa, ha estrechado su capital flotante de forma muy notable, lo que ha derivado en dos consecuencias igualmente negativas para IFM.

Por un lado, la escasez de oferta de títulos ralentiza mucho la adquisición de nuevos paquetes; por el otro, cualquier operación, aunque sea de un escaso volumen, eleva los precios de la acción de forma casi artificial, lo que ha obligado a IFM a reducir el ritmo de sus compras.

Decisiones cruciales

Mientras, y como no podría ser de otra forma, la actividad de la compañía no se ha detenido. El consejo de administración ya decidió en su día posponer la aprobación y presentación del nuevo plan estratégico a cinco años que preparaba poco antes de conocer el movimiento de IFM, a la espera de que el panorama se aclarara un poco más.

Pero toda vez que el proceso fue complejo y que, además, activó por vez primera desde el origen de la pandemia el denominado mecanismo anti-opas del Gobierno (ya que afectaba a la potencial compra de más de un 10% de una empresa relevante de un sector estratégico), Naturgy no pudo esperar más y dio luz verde a la hoja de ruta que marcará su camino hasta 2025.

Los límites del Gobierno

Obviamente, todo esto sin contar con IFM que, por entonces, ni siquiera había obtenido el plácet del Gobierno para seguir adelante con la operación. Cuando lo consiguió, apenas unos días después y con el Ejecutivo apurando al máximo los plazos, se encontró con un buen número de limitaciones que dijo aceptar con agrado aunque, empleando una expresión coloquial, la procesión fue por dentro.

Así, tras invertir unos 2.500 millones de euros en acciones de Naturgy, entre la opa y las adquisiciones posteriores para aumentar la participación, el papel de IFM en la energética sigue siendo irrelevante, pese a convertirse en el cuarto socio con mayor participación. No pareció medir que llegaba a una partida con las cartas ya muy repartidas y en la que iba a ser difícil hacerse un hueco.

Con todo, a partir de ahora comienza el año dos. Los primeros actos serán la presentación de resultados, que tendrán lugar la próxima semana, y la junta de accionistas, que el consejo suele convocar para que se celebre antes del final del primer trimestre. Será la primera de IFM como socio y todo apunta a que hará ruido.