Imagen de la fachada de la sede del ICF en la Gran Via de Barcelona / CG

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Business

El ICF fulmina a su director general más veterano

El nuevo consejero delegado destituye sin preaviso al responsable de participadas entre dudas sobre el 'caso Lauren'; el Govern lo atribuye a una "reestructuración"

21 agosto, 2022 00:00

El Instituto Catalán de Finanzas (ICF) ha fulminado a su director general más veterano en extrañas circunstancias. El nuevo consejero delegado de la financiera pública, Jordi Òliva, ha destituido al responsable de participadas entre dudas sobre la gestión de diversas carteras, incluido el caso Lauren, que acabó en impagos de la empresa de cines a diversos acreedores, incluido el propio Institut. Un movimiento que el Govern atribuye a una "reestructuración". 

Han avisado ello fuentes del sector financiero, que alertan de la salida no explicada de Joan Carles Rovira, el hasta ahora director general de Negocio Corporativo y Mercados Financieros del ICF, que ha cesado repentinamente sin que haya explicaciones del porqué.  

Trasfondo: el 'caso Lauren'

Lo factual es que Rovira ha dejado de estar en el ICF tras dirigir la división de participadas y, en el pasado, la fallida ICF Holding. Lo ha hecho repentinamente, siendo el primer cambio de calado que Òliva, exdirectivo de Caixabank, ha hecho en la estructura de la financiera de la Generalitat de Cataluña. 

Jordi Òliva, consejero delegado del ICF, en su comparencia anual / EP

Jordi Òliva, consejero delegado del ICF, en su comparencia anual / EP

La salida de Rovira, comunicada a la cúpula, llega tras un encontronazo entre el directivo saliente y el nuevo CEO. Las razones se desconocen por ahora, aunque desde el sector financiero apuntan a que el destituido estuvo en la diana en el pasado por el caso Lauren, un proceso concursal de la exhibidora que concluyó con su liquidación y con una cuantiosa deuda al ICF. El caso llegó a fiscalía, que investigó posibles ilícitos penales, pero las pesquisas jamás se sustanciaron en un procedimiento judicial. 

Cuantiosa indemnización

Tenga que ver o no, el nuevo consejero delegado ha prescindido de Rovira en su primera gran decisión en el ente público. Y lo ha hecho con polémica, recuerdan desde la banca privada, pues la destitución del directivo conllevará una indemnización por despido improcedente "muy cuantiosa para el erario público". ¿De cuánto? "Con el sueldo del exdirectivo, cerca de los 250.000 euros", indican. Se trata, pues, de un despido fulminante con consecuencias sobre la caja común. 

Pese a ello, Òliva dará por amortizada la plaza del exresponsable de participadas. No habrá fichajes, por ahora, por lo que el ICF pasa a tener un CEO y dos directoras generales en lugar de tres. Son Vanesa Cervera, directora general financiera; y Ana Álvarez, directora general de financiación empresarial. 

Economía: "Es una reestructuración"

Una portavoz del Departamento de Economía y Hacienda, a su vez, ha atribuido el cambio a una "reestructuración" interna en el ICF. Ha señalado que la salida de Rovira se explica por cambios en el área de Capital Riesgo y Mercados de Capital que se acometieron en mayo, con el objetivo de tener una "estructura directiva más integrada". El departamento de Capital Riesgo pende a hora del área de Inversiones y Tesorería y Mercado de Capitales, de Finanzas y Operaciones. 

Un estand del ICF en una feria especializada / CEDIDA

Un estand del ICF en una feria especializada / CEDIDA

Es por estos cambios que Joan Carles Rovira "quedó desvinculado del ICF, iniciando una nueva etapa profesional".

Calma tras los avales, pero sin ficha

Sea como fuera, la salida inesperada de Rovira del ICF llega un año después de que la financiera de la Generalitat de Cataluña se situara en el ojo del huracán por aprobar avales a 29 encausados por el Tribunal de Cuentas por su papel en el procés independentista. Aquel movimiento se saldó con la dimisión de tres miembros de la junta de gobierno del Institut y sentenció a Víctor Guardiola, el entonces consejero delegado. Éste acabó saliendo del ente en noviembre de 2021. 

La entrada de Jordi Òliva, considerado independiente, aunque "el Govern siempre tiene la última palabra en los nombramientos", subrayan fuentes cercanas, no implicó grandes cambios. Porque el ICF encajó el no del Banco de España (BdE) a la petición de tener ficha bancaria. Acabó renunciando al proyecto, una iniciativa con años de esfuerzos, este mismo verano. 

Riesgo de politización

La negativa a entrar en el mercado de las entidades de crédito conlleva un riesgo para la financiera de la Generalitat. "La posible politización", alertan desde sus rivales en el sector financiero. Ello es así porque "para operar como un banco privado necesitas una estructura de banca privada, sin injerencias del Govern, pero con la renuncia a esta condición, el ICF queda al albur de los gestores políticos", opina un alto directivo de la industria. 

Por ahora, las cifras indican que el ICF ayudó a 1.213 empresas por importe de 535,1 millones de euros en 2021, una caída de cerca del 40% en relación al ejercicio anterior. Se explica por el descenso de los préstamos Covid tras la actividad elevada de 2020, el año más duro de la pandemia del coronavirus.