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Terraza del Fairmont Juan Carlos I de Barcelona, uno de los hoteles de cinco estrellas / ACCOR

Los hoteles de Barcelona renuncian al verano y prevén remontar en octubre

Los alojamientos de lujo alargan los despidos hasta después de la campaña estival por la pandemia: no ven recuperación en junio, julio y agosto

6 min

Sin verano. Los hoteles de Barcelona se resignan a facturar un mínimo durante la temporada estival y prevén remontar a partir de octubre, cuando tradicionalmente arranca la temporada de ferias y eventos de negocios en la Ciudad Condal. Los alojamientos de lujo, de cinco estrellas, están alargando los despidos masivos presentados hasta septiembre. Lo hacen porque ya no confían en facturar durante la temporada estival y depositan sus esperanzas en el circuito de conferencias y congresos de 2020.

Así ocurre, por ejemplo, en el Fairmont Juan Carlos I, resort urbano de alto nivel. El establecimiento gestionado por la francesa Accor ha presentado un expediente temporal de regulación de empleo (ERTE) como el resto de la hotelería de Barcelona, sí, pero es que lo ha alargado del 28 de marzo al 27 de agosto. La gerencia ya no cuenta con junio, julio y agosto para atraer clientes, facturar algo, aunque sea mínimo, y cubrir costes. Los ingresos, explican fuentes no oficiales del hotel, deberían remontar con los primeros congresos empresariales en octubre.

"El verano está perdido"

¿Qué dice el Gremio de Hoteles de Barcelona? A preguntas de este medio, la patronal ha preferido no comentar la situación ni aportar sus proyecciones. El Gremio se avanzó y recomendó cerrar antes del 1 de abril, tal y como avanzó este medio. Días después, el 20 de marzo, el Gobierno ordenó cerrar todos los alojamientos. Fuentes del sector han explicado que, tras esa medida, los grandes hoteles de cinco estrellas y cinco estrellas gran lujo de Barcelona "dan por perdido el verano". "Ya no es el estado de alarma en España y el confinamiento. Si acaba en abril, o en mayo. Es que cuando termine, los países emisores de clientes estarán cerrados. Imagínate cómo estará Estados Unidos en mayo/junio, con el inicio de la curva de la pandemia que sufren ahora. O China o Oriente Medio", han ilustrado.

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Comunicado del expediente temporal de regulación de empleo (ERTE) en el Fairmont Juan Carlos I de Barcelona / CG

Estos son los clientes que, en buena parte, nutren la hotelería de lujo de Barcelona. Estados Unidos, China, Japón, Corea del Sur, Suramérica o el huésped de las naciones de la península arábiga. "Cuando reabra España y nos pongamos a trabajar, no habrá mercados emisores. Ellos estará cerrados. Y si están abiertos, hay que venderles. Un hotel de cinco estrellas no es un alojamiento de playa, que abre y vende habitaciones al detalle. En ese tiempo de compras intervienen aerolíneas, intermediarios, agencias de viaje, operadores online (OTA) y demás", han agregado otras fuentes. Es por ello que el Fairmont Juan Carlos I ya renuncia al verano y despide --temporalmente-- hasta septiembre: el virus SARS-CoV-2 se comerá también la campaña estival.

Habrá nuevos despidos

La atonía en la facturación cuando España levante el confinamiento la superará la hotelería de Barcelona con más despidos. ¿No están prohibidos por el Gobierno durante el estado de alarma? "Los nuevos ERTE, sí. Pero la norma no es retroactiva. Y, además, cuando se acabe el periodo de excepción por la pandemia, los alojamientos presentarán nuevos paquetes temporales de recorte de plantillas, esta vez ya no por fuerza mayor, sino por causas económicas o de productividad", han explicado otras voces del sector. Es lo que está pasando con algunos grandes grupos hoteleros con presencia en Barcelona y, también, con las cadenas autóctonas: negocian nuevos ERTE con sus comités de empresa para después del estado de alarma. ¿Objetivo? "Aguantar hasta octubre", admite la parte social.

De hecho, el recálculo de presupuestos de la hotelería barcelonesa de lujo ya contempla una situación de depresión incluso hasta el Mobile World Congress (MWC) de 2021. "El congreso de telefonía del próximo año puede ser el acicate para recuperar la ocupación, precio medio y rentabilidad por habitación disponible anteriores a la pandemia", explican hoteleros que prefieren no aportar su nombre. A su vez, la parte social tiene otras dos preocupaciones. "Uno, que los trabajadores despedidos cobren a tiempo, ya que el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) está saturado; y dos, que no haya expedientes de regulación de empleo (ERE) con extinción tras el envite del SARS-CoV-2. Las empresas deberán hacer un esfuerzo de tesorería igual que la hacemos las plantillas", han apostillado.