Imagen de los CDR asediando el Palacio de Congresos de Cataluña y el Fairmont Juan Carlos I, donde se aloja el rey Felipe VI / CG

Imagen de los CDR asediando el Palacio de Congresos de Cataluña y el Fairmont Juan Carlos I, donde se aloja el rey Felipe VI / CG

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El hotel asediado alojar al Rey: "Blindados por la policía, pero con exquisito trato"

Personal del Fairmont Juan Carlos I de Barcelona, donde ha pernoctado Su Majestad Felipe VI, subraya la "altísima seguridad" dentro del alojamiento y el "buen trato" de los agentes

4 noviembre, 2019 17:14

Habla el hotel asediado por los autodenominados Comités de Defensa de la República (CDR) por alojar a los Reyes de España. Personal del Fairmont Juan Carlos I de Barcelona, en el que pernoctan Felipe VI;  la reina Letizia; la princesa Leonor y la infanta Sofía, subraya el "blindaje de seguridad" en el establecimiento. Destacan también el "exquisito trato" que tienen los policías con los empleados del cinco estrellas.

En conversación con este medio y bajo el estricto anonimato, el staff del resort urbano, que también gestiona el Palacio de Congresos de Cataluña, donde Sus Majestades presiden hoy la entrega de los premios Fundación Princesa de Girona, admiten que el refuerzo de seguridad es muy importante. "Está organizado en cordones: uno de Mossos d'Esquadra, otro de la Policía Nacional y, por último, uno del personal de la Casa Real", explican sin querer entrar en detalles por no comprometer el bienestar del jefe de Estado y su familia. ¿Cómo conviven con ello? "Con los trabajadores hay mucho tacto. Hay incluso buen rollo", reconocen.

"Recuerda a 2002"

Los trabajadores, que rechazan dar detalles para salvaguardar el operativo de protección del Rey y el resto de miembros de la Casa Real, sí admiten un extremo: "El dispositivo policial se parece al de 2002. Algunos empleados veteranos lo han estado comentando como único precedente que recuerdan de despliegue tan intensivo", señalan. Por 2002 se refiere a la cumbre de jefes de Gobierno del Consejo Europeo, que se reunió los días 15 y 16 de marzo de aquel año en la capital catalana. El Fairmont Juan Carlos I, en aquel momento gestionado por Husa Hoteles, albergó a la mayoría de primeros ministros y jefes de Estado, que se encontraron en el Palacio de Pedralbes para debatir temas como la convergencia europea o la lucha contra el terrorismo.

Independentistas de los CDR en las cercanías del hotel Fairmont Juan Carlos I y el Palacio de Congresos de Cataluña / AC

Independentistas de los CDR en las cercanías del hotel Fairmont Juan Carlos I y el Palacio de Congresos de Cataluña / AC

Pese a que en esta ocasión los CDR han llamado a boicotear la entrega de premios a la cual acuden Sus Majestades los Reyes acompañados de la Princesa de Asturias y la infanta Sofía, el dispositivo 17 años atrás hace palidecer al actual. En aquella ocasión sí se cortó el tráfico en la avenida Diagonal y al menos dos estaciones de Metro de la Línea 3: Palau Reial y Zona Universitaria. El Palacio de Pedralbes, sede de la cumbre, se protegió con al menos tres zonas de seguridad a las cuales no se podía acceder sin acreditación. La Universidad de Barcelona (UB) y la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC), con facultades situadas en la zona, suspendieron las clases.

Un hotel renovado

Casi dos decadas después la seguridad es muy robusta, pero no alcanza el nivel de 2002, cuando se cerraron el Real Club de Polo o el Tenis Barcelona. También presenta cambios el hotel que alojó a los jefes de estado y de gobierno y en el que pernoctaron la pasada noche el rey Felipe VI y el resto de componentes de la Familia Real. De Husa Hoteles, el alojamiento, propiedad del magnate turco Turki ben Naser por medio de la sociedad Barcelona Projects, pasó a InterContinental en 2013. Se aprovechó el grupo hotelero internacional de los males de la hotelera de Joan Gaspart, que entró en concurso de acreedores y logró salir con grandes quitas en 2015.

Fairmont desembarcó en 2014 en el alojamiento cinco estrellas, que comprende el hotel, un spa y el Palacio de Congresos. La firma con sede en Toronto (Canadá) rescató el activo de las manos de GAT, que lo administraba bajo un acuerdo de interim management. Tras ello, acometió una accidentada reforma de 37 millones de euros para lavar la cara al establecimiento de 432 habitaciones y colocarlo en la cima de la oferta alojativa de Barcelona. Lo consiguió, no sin antes haber forzado cambios en la cúpula directiva por diversos motivos, como los problemas con Hacienda o económicos.