Imagen del Hotel Arts (i) de Barcelona con la Torre Mapfre

Imagen del Hotel Arts (i) de Barcelona con la Torre Mapfre

Business

Los afectados por el 'pelotazo' del Hotel Arts apelarán a la ministra Montero

La titular de Hacienda puede revertir la privatización del frente marítimo de Barcelona apelando a daño al "interés público": el alojamiento perdería el derecho a indemnización

21 octubre, 2020 00:00

Es un botón nuclear. Un último recurso para detener la privatización del frente marítimo de Barcelona. Deshacer la subasta que ha encumbrado a Archer Hotel Capital (AHC), dueño del Hotel Arts, como nuevo propietario de los locales de primera línea de mar. La clave reside en una persona: María Jesús Montero, ministra de Hacienda. La también portavoz del Gobierno puede deshacer la venta pública si ve daños sobre el "interés público" o "causas sobrevenidas".

Así lo indican operadores con negocios en la zona a este medio. Aseguran que el botón nuclear está sobre la mesa de su despacho de abogados, entre otros cauces. Pasaría por apelar directamente a la ministra para que detenga la venta pública de Patrimonio y la deshaga. ¿Cómo? "La Ley de Patrimonio 33/2020 contempla que el ministro en persona puede pedir la suspensión del procedimiento si este es lesivo para el Estado", argumentan.

"Interés público" o "causas sobrevenidas"

El diablo, como siempre, está en los detalles. El artículo 138 de este texto legal [consultar aquí] fija las condiciones por las cuales una subasta pública de Patrimonio puede abortarse. "La suspensión del procedimiento, una vez efectuado el anuncio, solo podrá efectuarse por Orden del ministro de Hacienda, cuando se trate de bienes de la Administración General del Estado", reza la ley. El equipo de la ministra Montero pudo revertir la subasta tras el anuncio. ¿Cómo? "Con fundamento en documentos fehacientes o hechos acreditados que prueben la improcedencia de la venta", continúa el texto legal.

María Jesús Montero, ministra de Hacienda, durante una intervención tras el Consejo de Ministros / EFE

María Jesús Montero, ministra de Hacienda, durante una intervención tras el Consejo de Ministros / EFE

¿Y después, cuando la subasta ya se ha celebrado? El resorte legal contra la privatización del frente marítimo por parte de Archer Capital Hotel, dueño del Hotel Arts, consiste en justificar "perjuicio al interés público [en] la adjudicación en las condiciones propuestas o si, por razones sobrevenidas, considerasen necesario el bien para el cumplimiento de fines públicos". Y el propietario del Arts, ¿podría pedir indemnización? "...Sin que la instrucción del expediente, la celebración de la subasta o la valoración de las proposiciones presentadas generen derecho alguno para quienes optaron a su compra", continúa la normativa. En otras palabras: el Arts no vería ni un euro si se activa el botón nuclear contra la venta del frente marítimo, por mucho que sea el adjudicatario provisional.

Recurso fallido

Todo ello está en estudio. Los abogados de los operadores estudian si la subasta puede revertirse, y les va mucho en ello. Con 76 millones de euros solo en el frente marítimo, más otro paquete de 15 millones por la gasolinera y el McDonald's de la Ronda Litoral, la venta pública es la mayor operación en el sector retail en Barcelona este año.

Lo factual es que a los abogados, hasta ahora, les ha ido mal. Trataron de impugnar las bases de la subasta, sin éxito. La mesa de contratación rechazó su intento, pese a que durante el proceso de venta constó su protesta. Un movimiento vacuo. Más mollar es el recurso contencioso al Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) que, según indican fuentes consultadas, ya se habría presentado. El escrito afloraría presuntas "irregularidades" en la venta pública de patrimonio.

El Arts quiere congresos propios

Los movimientos de esgrima tras la subasta llegan ante la total indiferencia del Archer Hotel Capital (ACH), el dueño del Arts. El vehículo inversor, que como avanzó este medio proyecta una marina de lujo con ampliación del Casino de Barcelona y tiendas de moda de alta costura, ha barrido a sus rivales y se ha hecho con una cotizada pieza del litoral catalán. Fuentes consultadas por este medio recuerdan que ello se explica por dos razones. "Al Arts jamás le gustó el ruido ni la inseguridad que generan el ocio nocturno. Lo que es más: directores del hotel han invitado a personas relevantes a pernoctar en el alojamiento de forma gratuita para que experimenten el bullicio nocturno", ilustran.

P41, el antiguo Frank's Bar del Hotel Arts en Barcelona / CG

P41, el antiguo Frank's Bar del Hotel Arts en Barcelona / CG

Ante ello, los dueños del cinco estrellas gran lujo habrían tirado de chequera para "cambiar los usos" que hay a su alrededor. En otras palabras: han comprado su entorno para que sea amable para los clientes del hotel. Hay otra derivada: quedarse con el turismo de congresos. "Al Hotel Arts le falta espacio MICE, de congresos, conferencias, convenciones o eventos. Siempre quiso tener más. Con esta compra se hace con el terreno que le faltaba para albergar sus eventos. Todo ello recluido en un resort urbano con hotel, salas de reuniones, casino y tiendas de lujo", agregan las mismas voces. Huelga decir que todo el gasto se quedaría dentro del hotel, algo muy goloso para sus propietarios, fondos que, a la postre, lo que priorizan son los balances a final de año.