Hooters, en la imagen el local de Castelldefels (Barcelona), viste a las camareras con shorts y reveladoras camisetas de tirantes / CG

Hooters, en la imagen el local de Castelldefels (Barcelona), viste a las camareras con shorts y reveladoras camisetas de tirantes / CG

Business

Así es Hooters, el restaurante que subleva a las feministas

El bufé de Castelldefells defiende a sus camareras ligeras de ropa; colectivos proigualdad y el Instituto de la Mujer lo cercan por "machista"

22 noviembre, 2017 00:00

Así es Hooters, el restaurante que subleva a las feministas. La primera franquicia en España del local en el que camareras generosas de busto atienden ligeras de ropa defiende su negocio, que arrancó el pasado viernes. Lo hace ante la atenta mirada de colectivos proigualdad y el Instituto Catalán de las Mujeres.

Desde Castelldefels (Barcelona), el jefe de desarrollo de Hooters en España, Julio Arias, hace balance de los primeros días de operación. La noche de su puesta en escena, el local vivió una protesta de colectivos feministas y antipatriarcales que afearon al restaurante su "machismo".

hooters barcelona restaurante castelldefels

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Decoración interior del primer Hooters de España, situado en Castelldefels (Barcelona) / CG

"No somos un negocio machista. Empleamos a 30 personas entre mujeres y hombres. Ellas llevan el uniforme de la marca. Los shorts son decorativos, ya que debajo llevan unos leggins. Además, es el personal el que decide si se enfunda una sudadera si tienen frío", explica Arias.

Medio millón y una idea

Arias ha logrado que la cuarta marca más reconocida de Estados Unidos recale en España. ¿Cómo lo hizo?

"Todo empezó cuando la vi en una película. Me encantó el concepto. Después, contacté con el departamento de desarrollo en América. Enviaron a una persona a Barcelona e hicimos los estudios de mercado", explica.

hooters espana castelldefels barcelona machista

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Imagen promocional de camareras de un Hooters en Estados Unidos / CG

Arias y su mujer, que se definen como "empresarios locales con un negocio familiar", han elegido un local de Castelldefels, junto al centro comercial Ànec Blau.

"Abrir un Hooters se hace con material de la zona. Los trabajadores y el producto también lo son. La reforma del local ha costado cerca de medio millón de euros. Y, de momento, estamos muy satisfechos", confiesan.

Shorts y un cumpleaños

El ir y venir de clientes parece acreditar ese optimismo. "No me parece un local machista. No más que otros restaurantes de EEUU, que también tienen empleadas vestidas así. Somos trabajadores de la zona y venimos a comer", explica José García.

hooters camareras castelldefels

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Una camarera de Hooters España, que abrió el viernes su primer local, atiende a unos clientes / CG

Este empleado de una firma cercana ha desayunado junto a otros seis chicos. Es el cliente tipo del local, aunque no el único. "Vienen familias, niños o parejas. El viernes tenemos un cumpleaños", defiende Arias.

En efecto, el primer Hooters de España presenta una clientela diversa. Abundan los hombres, pero ellas también entran. Ese público arrebata alguna mirada a los cuerpos de las empleadas cuando éstas se giran o toman nota. ¿También son soeces con ellas?

"Estoy contentísima de trabajar aquí"

Según Marta (nombre ficticio), no. "Tenía alguna reserva en ese sentido. Pero trabajar aquí es increíble, me encanta. Me permite ganar dinero mientras estudio. Nadie me falta al respeto", asegura.

Panorama general de Hooters Castelldefels, el primero en España / CG

Su versión la corrobora L. "No venía de la hostelería y Hooters me ha convencido de que puedo hacer carrera aquí", subraya.

Arias apostilla las versiones de sus empleadas con una batería de argumentos. "Cumplimos la ley al dedillo. Pagamos por convenio y no hay ni un céntimo de fraude, que abunda en la hostelería. Los salarios están por encima de la media", enumera.

"Lo vigilamos"

El Instituto Catalán de las Mujeres discrepa. Una portavoz de la institución que brega por los derechos de las mujeres asegura que "trabajan codo a codo con el Ayuntamiento de Castelldefels desde hace meses". Según la misma fuente, "tienen el local controlado" por si está utilizando a las chicas como reclamo.

Preguntado por la cuestión, el consistorio (PSC-Movem Castelldefels-CsíPuede-PDECAT) ha defendido que "las licencias o comunicaciones de los negocios son actos reglados que deben concederse si las actividades solicitadas cumplen la normativa, tanto desde el punto de vista de usos como técnico". Según la representante municipal, un comercio sólo puede perder su permiso "mediante un control, que tiene lugar a posteriori".

En Hooters, en la imagen el local de Castelldefels (Barcelona), las camareras visten shorts y reveladoras camisetas de tirantes / CG

En Hooters, en la imagen el local de Castelldefels (Barcelona), las camareras visten shorts y reveladoras camisetas de tirantes / CG

Una camarera de Hooters Castelldefels, el primero de España, sirviendo a unos clientes / CG

Las palabras mesuradas contrastan con una moción aprobada en el pleno municipal de octubre, donde se reprobó el uso del cuerpo de la mujer y sus pechos como reclamo para atraer clientes a petición del Consell de Dones.

La versión municipal también dista de la opinión del Grup de Dones de Castelldefels. "Ese local es una agresión más a la mujer", lamentan.

"Madrid será el segundo local"

Todo ello no arrebata el ánimo emprendedor a Julio y a su mujer. "Abriremos en Madrid en 2018. En la capital ya se nos espera con los brazos abiertos", avanza. Como publicaron otros medios, Hooters quiere llegar a los 15 locales en España, sumando grandes ciudades y zonas turísticas como Canarias.

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Material de Hooters Castelldefels, el primer local de 'chicas ligeras de ropa' y alitas de pollo que abre en España / CG

"No hay selección de chicas bonitas ni con pechos grandes. Tenemos camareros y camareras de 18 a 37 años. Alguna de ellas se declara feminista. Otra tiene la condición de asilada política. No transgredimos ni una pizca más que un simple bar de playa", aseveran.

La pareja pide "respeto para las chicas" y recalca que ellos "no cosifican a nadie". "Elegimos al personal por su buen espíritu y alegría. Se trata de dar un buen servicio a los clientes. Pasar un rato agradable mientras comen las alitas de pollo mundialmente conocidas", remachan.