El barcelonés Grupo Tragaluz mantiene conversaciones con la firma de private equity Miura. La enseña que comandan que Rosa Maria Esteva y Tomás Tarruella, su hijo, proyecta crear un conglomerado con un portafolio de 24 restaurantes y el apoyo del nuevo socio inversor.
Según ha avanzado Expansión, la compañía ultima la creación de un holding que comprenderá a todos sus bufés y contará con el soporte del grupo financiero, que aportará capital y su conocimiento de gestión. El líftin del icónico grupo barcelonés de restauración pasaría por registrar una nueva sociedad que incluiría En Compañía de Lobos, marca creada por Torruella al margen de la empresa. Cualquiera los movimientos, sobre la mesa está que Esteva y Torruella sigan en el accionariado.
En exclusiva
Globalmente, las negociaciones entre Grupo Tragaluz y Miura Private Equity ya tienen mimbres: un acuerdo de exclusividad. Ello no significa que el acuerdo esté cerrado, aunque sí avanzado. La entente entre ambas compañías, si llega a buen puerto, conllevaría la unificación bajo un mismo paraguas mercantil de 24 restaurantes, 15 de Tragaluz y 9 de En Compañía de Lobos.
Imagen de uno de los restaurantes de Grupo Tragaluz / CG
La operación fue facilitada por Deloitte, que firmó la due diligence. Arrancó después de verano, cuando la firma barcelonesa recibió el interés de al menos tres fondos de inversión. Finalmente, Tragaluz se decantó por Miura, aunque ello no quiere decir que el resto de vehículos financieros en liza estén descartados. Si no fructifican las negociaciones con la enseña de private equity, las otras empresas podrían volver a la mesa de negociación.
Agrupar las marcas
La llegada de la firma de Luis Seguí a Grupo Tragaluz se antoja harto compleja, pues el conglomerado barcelonés carece de cabecera. Su estructura comprende una diversidad de marcas entre las que figuran Tragaluz --el icónico cenador con 24 años de historia-; Mordisco; A Contraluz; Negro, Agua, Bestial, Bar Lobo; Pez Vela; Tragamar (Calella, Girona) o Luzi Bombón y Bar Tomate, en Madrid.
Cada bufé está adscrito a una sociedad distinta. Tarruella es el consejero delegado del grupo y Esteva, la presidenta. Ambos retienen una posición mayoritaria en el capital, pero existe un abanico de accionistas minoritarios. Éstos podrían controlar en torno al 15% del grupo. Con la integración de Miura se pondría orden a esta estructura societaria. Su llegada cambiaría el reparto del capital, aunque la estructura final dependerá de la porción que se quede la private equity y los accionistas con pequeñas porciones.