Un repartidor de Glovo, en una imagen de archivo / EFE

Un repartidor de Glovo, en una imagen de archivo / EFE

Business

Glovo gana por primera vez en los juzgados: los repartidores son autónomos

Una sentencia de Madrid afirma que el demandante “no tenía jornada ni horario” y que “decidía con toda libertad”

19 septiembre, 2018 13:54

Glovo ha dado la primera victoria en los juzgados a las empresas digitales de reparto en su modelo laboral. Un juzgado de Madrid ha dado la razón a la plataforma catalana y ha fallado que uno de sus repartidores no era un falso autónomo. La sentencia afirma que el demandante no tenía una relación laboral con la compañía, a diferencia de lo que habían concluido otros juzgados en referencia a trabajadores de Deliveroo.

El modelo laboral de este tipo de empresas de reparto está en entredicho desde que algunos de los repartidores empezaron a denunciar las condiciones en las que trabajaban y la relación que tenían con la empresa. Según la sentencia de un juzgado de primera instancia de Madrid, en el caso de ese demandante y Glovo, no existía una relación laboral, sino que era autónomo económicamente dependiente.

Libertad de horarios

Uno de los principales argumentos del magistrado es que el riderno tenía jornada ni horario”, “elegía los pedidos que le interesaban” y “decidía con libertad la ruta a seguir hasta cada destino”. Así, la empresa “no le imponía la clase o número de pedidos que tenía que hacer”.

Lo único que impone Glovo, según la sentencia, es la “tarifa con que se abonará los servicios, el lugar de prestación y la herramienta a través de la cual oferta los recados”. El sistema de puntuación, que también denunciaba el demandante, no constituye un mecanismo de “sanción sino un incentivo”, dice el escrito.

Modelo “reforzado”

Desde Glovo defienden que esta relación entre la empresa y sus repartidores ya está asentado en otros países europeos, como Italia y Francia, y que esta sentencia “valida el modelo”, que sale “reforzado”. Su directora legal, Marita Rancé, recuerda que en Barcelona ya se superó una inspección de trabajo en 2016.

Este julio, los riders de la capital catalana volvieron a la carga y denunciaron de nuevo su condición laboral ante Inspección. La sentencia no es firme, aunque desde la compañía confían en que se confirmará en instancias superiores.