Luis Miguel Gilpérez, expresidente de Telefónica España / CG

Luis Miguel Gilpérez, expresidente de Telefónica España / CG

Business

Gilpérez: "El sector de las telecomunicaciones también podría sufrir fusiones como el de la banca"

El expresidente de Telefónica España cree que las ‘telecos’ están penalizadas por el mercado

13 septiembre, 2020 00:00

Luis Miguel Gilpérez, expresidente de Telefónica España y actual consejero en Dialoga, Nae, Panda, Circet Iberia y grupo Sealpath, próximamente publicará el libro España 5.0, Hacia un nuevo modelo de reindustrialización en el que explica cómo debe ser la reconstrucción económica tras la pandemia del coronavirus en la que la digitalización cobra una importancia vital. El ejecutivo también da prioridad a la idea de un país internacional, en la sostenibilidad y en un avance industrial.

El directivo atiende a Crónica Global y repasa la actualidad del sector de las telecomunicaciones, que según él, está penalizado por el mercado de una manera exagerada. Además, atisba movimientos de fusiones, tal y como ha sucedido en la banca con las negociaciones de integración entre Caixabank y Bankia.

--Pregunta: Habla usted de una España 5.0 de cara a 2030. ¿Se ha perdido tiempo por culpa del coronavirus?

--Respuesta: Yo creo que al revés. El coronavirus ha sido el detonante de la revolución en la que nos hemos tenido que sumergir. En el subyacente, el país necesita un impulso diferente y digital. No tenemos que fijarnos en el color de la política y el Gobierno, independientemente de la inclinación, debe empujar la conectividad. El Covid-19 ha dejado patente la importancia de que necesitamos ayuda permanente de la tecnología y el virus nos ha demostrado que aún tenemos que mejorar en muchos aspectos. 

--¿Cómo debemos hacer ese impulso?

--El más capacitado para impulsar este proyecto 5.0 es el Gobierno. No quiero pecar de pedantería, pero es una visión bastante amplia del modelo al que debemos ir. En el libro hablo de que en España no se ha focalizado en las actividades industriales que deben crecer. Nos hemos preocupado demasiado en otros sectores como el turismo y hemos abandonado otros muchos sectores secundarios muy importantes para nuestro país. 

--¿Cuál es la importancia de que España sea 100% digital?

--Eres digital o no lo eres. De alguna manera, estamos en un mundo global y deja de haber fronteras. Por eso, necesitamos eficacia y eficiencia para poder competir y la digitalización es fundamental en este aspecto. La realidad nos va a llevar a que seamos digitales. Nuestro país tiene un reto, pero estamos a la vanguardia en cuanto a herramientas e infraestructuras. Tenemos un Fórmula 1, pero no hemos pasado todavía la barrera de los 200 km por hora. 

--En España tenemos un problema con la despoblación y las pequeñas y medianas empresas no están digitalizadas mientras que las grandes ciudades presumen de hiperconexión. ¿No hay cierta dicotomía en este aspecto?

--Ha tocado dos ejes muy relevantes. Tenemos que distribuir la población y los recursos. España está altamente concentrada en las grandes ciudades y otros países están mejor distribuidos por lo que sus recursos están más optimizados. Luego tenemos el problema de las pequeñas y medianas empresas que se centran en el mercado doméstico y su estrategia es diferente, pero deberían crecer digitalmente para ser eficaces y eficientes.

Si que es verdad que hemos dado un paso adelante, pero falta mucho para que tengamos continuidad digital, pero no basta. Tenemos que completar la malla fibrada en el 2025, que puede parecer un largo período, pero el resto de Europa va a tardar mucho más tiempo. Preveo que Francia o Alemania se demorarán una década.

--Volviendo a la España Vaciada, ¿no da la sensación que vamos muy rápidos en aspectos como 5G y hay poblaciones en la que no llega la cobertura para hacer una llamada?

--Es una manera de verlo. Es la pescadilla que se muerde la cola. La inversión la hacen las empresas privadas y van a hacerlo donde haya retorno. Por eso, en el proyecto de España 5.0 pedimos el liderazgo del Gobierno y creemos que debe dar un empujón a la inversión en aquellas poblaciones más pequeñas para que haya crecimiento y atraiga industrialización.

Para que haya una población que se mueva hacia la España Vaciada debe haber una infraestructura para atraer a las personas. Pero no basta con que solo la inversión venga del terreno privado.

--¿Está preparado el país para tener un 5G de calidad?

--España es el país mejor preparado para ello. Somos el líder en extensión de fibra. Con el 5G vamos a necesitar una ampliación de nuestras torres aunque no es un hándicap, pero tenemos que trabajar en la integración en las grandes ciudades. Si queremos aprovechar esta tecnología se debe invertir en emplazamientos en plenas urbes si queremos aprovechar todas las bondades del 5G.

--¿Cuál es el porcentaje de responsabilidad que deben tener el sistema público y el privado?

--Telefónica impulsó hace años la digitalización y creo que el tejido empresarial ya ha cumplido. El siguiente punto se basa en que el Gobierno ayude a que la sociedad sea digital. Los organismos públicos deben dar una señal en cuanto a regulación y legislación. Tenemos que educar a la sociedad y diferenciar entre lo que es bueno y lo malo. No nos podemos permitir que otros países ganen en esta carrera. Estamos muy bien posicionados y ahora toca enseñar a la población y creo que el Ejecutivo tiene un reto muy importante en el que todos debemos colaborar. 

--A pesar del avance de las tecnologías, el sector de las telecos está muy penalizado por los inversores y el mercado. ¿Por qué genera tanta desconfianza?

--Yo creo que el sector está muy castigado y más penalizado de lo que debería. La pandemia ha demostrado que es un sector clave y con gran potencial. Seguramente volveremos a ver problemas de movilidad y las comunicaciones recobrarán importancia. El sector tiene unos activos impresionantes como infraestructuras, recursos, clientes...  Desde fuera, los mercados no están sabiendo ver su enorme potencial. Las empresas del sector se renuevan cada cinco años. Nada tiene que ver una telco de hace una década a lo que conocemos hoy en día. Es una continua transformación. No podemos decir eso, por ejemplo, con empresas eléctricas, que mantienen la misma infraestructura desde hace décadas. Claro que hay fallos, obviamente, pero en este sector todo sucede mucho más de prisa. 

--Pero… ¿Por qué no consiguen sin embargo transmitir estas bondades a los inversores?

--Son ciclos. Recuerdo a empresas como IBM, que tuvo que reestructurarse. Ahora las telecos no están en crecimiento, pero preveo que lo volverán a hacer dentro de muy poco, tengamos confianza. Lo que sucede no es real. Están dando un servicio magnífico, pero el capital ha decidido apostar por otros sectores. Esto no quiere decir que no haya proyecto ni futuro ni que tengan que cambiar cosas en sus esquemas de funcionamiento. Por poner un ejemplo, si comparamos la infraestructura y los activos de las compañías con las de las empresas americanas tecnológicas vemos que las diferencias son abismales a favor de las empresas telcos europeas. Ellos basan su valor con el cliente y la relación de una empresa de telecomunicaciones con el usuario es infinitamente mucho mayor. 

--Habla de los activos que tienen las telecos, pero las tecnológicas tienen lo más importante: los datos.

--¿Por qué una empresa telco no es tecnológica? Creo que es un grave error no indicar que son tecnológicas porque invierten una cantidad bárbara en el salto tecnológico. Pero yo discrepo, el valor está en todos los activos en su conjunto. Los datos también los tienen Telefónica o Deutsche, por ejemplo, y te diría que muchos más y con mayor precisión. La gran pregunta que hay que hacerse es cómo se puede poner realmente en valor este gran activo. A la gran mayoría de personas no les genera dudas si nos cobra la factura una empresa como Telefónica, Orange, Vodafone… ¿sucede lo mismo con las mal llamadas tecnológicas o OTTs?

--Quizá es problema de edades…

--Igual a usted sí… pero cuando el usuario protesta ¿dónde se siente más seguro? Las operadoras tienen una atención al cliente a la vanguardia y otras empresas no pueden decir lo mismo.

--¿Qué le pasa a Telefónica?

--El principal problema es lo que comentaba anteriormente. Telefónica está muy penalizada. La empresa tiene un proyecto sólido y se está posicionando en el mundo tech, que es muy relevante. Pero el mercado está castigándola de manera injusta, pero creo que pronto vendrán mejores noticias para sus accionistas. 

--¿Puede que haya fusiones en el mundo telco por esta elevada penalización? 

--Creo que se van a producir. Tenemos que intentar, eso sí, proteger el valor de Telefónica. Para la sociedad española es mucho más que una compañía por todo lo que representa y tenemos que guardarla para que sea un player consolidador y no consolidado. Hay que ser más eficaces, eficientes y más digitales y creo que la compañía bandera española está en el buen camino. 

--¿Puede que haya una OPA hostil por el precio de la acción de Telefónica?

--Por poder haber siempre existe esa posibilidad… pero el asunto básico es conocer si hay una lógica en el mercado. La empresa trabaja muy bien y, lamentablemente, el Ibex 35 no atraviesa por buenos momentos. Como decía antes, tenemos que intentar que las empresas españolas no caigan en manos extranjeras. Eso no quiere decir que no tenga accionistas de fuera, pero es importante mantener que la capacidad de decisiones siga perteneciendo a directivos españoles. Si una OPA viene de un agente industrial podría haber problemas porque se diversificará la capacidad de decisión. No me imagino, sinceramente, que las grandes empresas pertenezcan a agentes extranjeros en estos momentos de reconstrucción de nuestro país. 

--Sin embargo, el sector de las infraestructuras es muy importante y, por ejemplo, Cellnex está siendo premiado. 

--Ha sabido construir un nicho donde no lo había porque no había operador de infraestructuras y es el líder europeo porque al final el mercado ve clarísimamente que tiene capacidad de crecimiento. Además tiene capacidad para acudir a otros mercados como es el caso de la fibra o infraestructuras en ciudades. Es incuestionable la capacidad de la compañía. Y su presidente, Tobías Martinez, tiene una clara visión de compañía, una estrategia definida y no me extrañaría que dentro de poco tiempo lleve la compañía por encima de los 30.000 millones de euros como apuntaba recientemente JP Morgan en un análisis.  De cualquier forma, estoy convencido de que al final de esta grave crisis, las operadoras ocuparán el lugar destacado que siempre han tenido como motor de crecimiento, generador de riqueza, bienestar y vertebrador de nuestra sociedad.