Un 'rider' de Glovo, repartiendo comida en Barcelona / David Zorrakino - EUROPA PRESS

Un 'rider' de Glovo, repartiendo comida en Barcelona / David Zorrakino - EUROPA PRESS

Business

La flexibilidad laboral de Glovo se inspira en aplicaciones de fuera de España

La compañía introduce cambios en su algoritmo para dar más poder a los trabajadores e intentar sortear la nueva regulación

30 agosto, 2021 00:00

La Ley Rider ha sacudido el tablero de las plataformas de comida a domicilio. Las principales compañías del sector --Glovo, Deliveroo, Stuart, Uber y Just Eat-- se hallan en plena transformación para adecuarse a la nueva normativa, que entró en vigor el pasado 12 de agosto. Algunas como Deliveroo ya han anunciado que abandonarán España, mientras otras como Just Eat se han avenido a pactar un convenio colectivo.

En este contexto, la startup capitaneada por Oscar Pierre ha optado por una doble estrategia. Por un lado, ha anunciado que convertirá en asalariados a parte de sus empleados --2.000 repartidores, aproximadamente el 20% del personal--. Pero en paralelo ha rediseñado el algoritmo de la aplicación para incrementar la flexibilidad y autonomía de su plantilla y, tal y como denuncian algunos riders, esquivar la regulación impulsada por el Ministerio de Trabajo.

Flexibilidad laboral

Según fuentes del sector, las actualizaciones del software, sumadas a la subcontratación de flotas --un instrumento muy empleado por las plataformas digitales--, constituirían la nueva táctica de la compañía para mantener el esquema de falsos autónomos tumbado por la justicia. De ahí que los repartidores que exigen ser contratados por la privada no estén conformes con este enfoque.

Estos mismos interlocutores enumeran algunas soluciones como Bolt y Uklo como posible fuente de inspiración de Glovo. Estas herramientas ceden mayor control a los usuarios sobre las condiciones de prestación del servicio, si bien siguen sin integrar a sus trabajadores. No se trata de apps de reparto de comida a domicilio, propiamente, sino de alquiler de vehículos y de taxis. Pero tienen en común la flexibilidad de horarios y tarifas e, incluso, de la identidad corporativa con que deben operar sus partners. "No hace falta que los coches vayan siempre con el sello de la app, por ejemplo. Rige un criterio general de buena apariencia, pero no se especifica una imagen de marca concreta", comenta un experto que asesora algunas firmas del sector.

Cambios en la app

En cualquier caso, la aplicación de Glovo ha empezado a mutar. Recientemente se ha implementado un modelo denominado free-login que ha alterado algunos aspectos del funcionamiento de la app, en línea con la estrategia para eliminar cualquier atisbo de laboralidad.

Entre las principales novedades se encuentran la suspensión de las penalizaciones por rechazar pedidos o estar desconectado, la flexibilización de los turnos y la introducción de un multiplicador sobre las comisiones que cobran los repartidores. De este modo, los glovers pueden modificar lo que perciben por cada entrega --hasta ahora el servicio se calculaba solo en base a una tarifa fija y la distancia recorrida--. Este sistema de facturación ya ha sido criticado por una parte del colectivo, que ve con suspicacia estos cambios de la app.

Glovo busca un "modelo inédito"

Consultada por Crónica Global, Glovo se ha limitado a compartir el comunicado difundido con motivo de la aprobación de la ley. En el texto, la multinacional reconoce que perfila un "nuevo modelo inédito en España, que sigue el criterio establecido por el Tribunal Supremo y el Tribunal de Justicia de la Unión Europea". "Este nuevo modelo tendrá nuevas características y permitirá simultanear otras aplicaciones y actividades con total flexibilidad, autonomía e independencia", precisa la empresa.

Tampoco la asociación Adigital ha añadido más información. "La manera en la que las empresas se adaptarán para cumplir con la normativa sobre trabajo en plataformas digitales es algo que solo depende de las propias compañías y de su visión y estrategia de negocio", ha comentado un portavoz de esta entidad que engloba a los gigantes del delivery.

A favor y en contra

Las medidas tomadas por Glovo han dividido a los trabajadores. Nuria Soto (Riders x Derechos) considera que "todo lo que no sea contratar a los trabajadores y pactar un convenio va en contra de los derechos laborales y la legislación vigente". La portavoz subraya que el camino emprendido por Just Eat, que se ha sentado a pactar un convenio de empresa, es el único que satisface las demandas de la normativa.

Desde la Asociación Profesional de Riders Autónomos (APRA), Jordi Mateo tiene una visión distinta. Esta agrupación celebra los cambios ya que sus miembros prefiereten mantenerse como trabajadores por cuenta propia. "Queremos ser autónomos y, aunque este modelo tiene puntos mejorables, nos satisface", explica su presidente. La pugna entre detractores y simpatizantes, sumada a la incertidumbre sobre cómo las empresas afrontarán el nuevo escenario legal, mantendrá el conflicto abierto más allá de la aprobación de la Ley Rider.