Divorciarse puede convertirse en un problema para la financiación de los dos implicados / CG

Divorciarse puede convertirse en un problema para la financiación de los dos implicados / CG

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Finanzas para divorciados: el reto de gestionar el dinero tras una ruptura

La opción más sencilla es el reparto de bienes tras la ruptura, aunque suele ser una opción poco habitual por falta de comunicación

25 septiembre, 2017 00:00

Durante el mes de septiembre se concentran casi un tercio de todas las demandas de divorcio del año, según los datos aportados por el Consejo General del Poder Judicial. El dato, llamativo por sí solo, acompaña a otro que lo es todavía más: la mayoría de divorcios se producen en parejas entre las que no existe un acuerdo. Si es complicado compartir la vida en pareja, disolver la unión de forma amistosa puede resultarlo aún más.

El vínculo económico es del que más cuesta desprenderse. Qué ocurrirá con los ahorros compartidos, cómo se dividirán los pagos de un préstamo o de una hipoteca son algunas de las dudas que surgen con más frecuencia entre los divorciados.

Para resolver estas situaciones, el comparador de productos financieros HelpMyCash.com acaba de lanzar un manual gratuito llamado Finanzas para divorciados: gestión del dinero tras la ruptura. Esta guía recoge explicaciones sencillas sobre qué ocurre con cada uno de los productos bancarios cuando la pareja se ha divorciado. Incluye ejemplos reales que, con frecuencia, ocurren durante un proceso de divorcio y sus posibles soluciones.

El régimen matrimonial

El informe recoge que la comunicación entre la pareja ya divorciada es la mejor forma de gestionar las finanzas tras la ruptura. Así, se repartirán los bienes que corresponden a cada uno. Pero esta situación se da con poca frecuencia. Son los jueces o abogados los que determinan que pertenece a cada miembro de la pareja.

A menudo, se cree que los problemas financieros tras el divorcio solo dependen del régimen matrimonial bajo el que la pareja se haya inscrito. Sin embargo, la realidad demuestra que mientras dura la unión, la pareja contrata a menudo productos y servicios a nombre de los dos miembros. Tras la ruptura, se requiere la aprobación del banco para quitar a alguno de los dos del contrato.

La hipoteca, un quebradero de cabeza 

Uno de los productos bancarios de los que más cuesta olvidarse es de la hipoteca. Los bancos no suelen permitir que un titular se desprenda de ella. Perderlo significa una garantía menos de devolver el dinero. La solución más práctica es que la pareja venda la vivienda que compartía, con el dinero de la transacción puede cancelar la hipoteca y, de esta forma, desaparerá el problema.

Esta situación se complica cuando uno de los dos tiene intención de seguir en la vivienda. Es relativamente sencillo quitar a uno de los dos de la titularidad de la vivienda (mediante una extinción de condominio), pero hacerlo del contrato de la hipoteca es bastante complicado.

Para lograrlo, hay que llevar a cabo una novación, es decir, una modificación de las condiciones del contrato. Para que sea posible, habría que demostrarle que la única persona que figuraría en el contrato dispone de un perfil económico bastante solvente y que podría afrontar las mensualidades sin problema o bien aportar garantías adicionales, como un aval o un nuevo cotitular.