Varias personas caminando por el centro de Lleida el lunes / EFE

Varias personas caminando por el centro de Lleida el lunes / EFE

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La factura de cerrar Lleida: pérdidas de cinco millones y desaparición de comercios

Ayuntamientos y empresarios piden planes de apoyo contundentes para hacer frente a un nuevo encierro, así como nuevas fórmulas para los trabajadores que recuperaron la actividad tras los ERTE

14 julio, 2020 00:00

La determinación de la Generalitat de ampliar el aislamiento de la comarca del Segrià en Lleida y otros siete municipios para contener nuevos brotes de coronavirus ha puesto contra las cuerdas al comercio de la provincia. Los empresarios del sector estiman que el cierre les cueste cinco millones de euros si se aplicara durante 15 días, mientras que los ayuntamientos de los municipios afectados reclaman planes de apoyo y advierten de que muchos negocios, sobre todo bares y restaurantes, no podrán resistir si tienen que volver a bajar la persiana.

Después de más de tres meses con las puertas cerradas por el estado de alarma, los nuevos brotes de Covid-19 --este lunes se registraron 116 nuevos casos positivos en el Segrià y otros 140 en el área de Lleida-- amenazan con dar la puntilla a una economía que empezaba a desperezarse. Así las cosas, tras el rechazo de la juez a la reclusión domiciliaria anunciada por la Generalitat, ayer la mayor parte de los comercios abrieron, aunque en un clima de incertidumbre y temor ante el panorama que se avecina en los próximos días.

"Estamos en fase 0,5"

“El comercio está disgustado porque no es ahí donde reside el problema, y aunque no nos cierren, nos limitan tanto que es como si lo hicieran. Ahora se está atendiendo con cita previa. Es como una fase 0,5”, lamenta la presidenta de la Federación Provincial de Empresarios de Comercio de Lleida (Fecom), Maria Rosa Eritja. La estimación que maneja la patronal es que si la reclusión dura 15 días, tendrá un impacto de cinco millones de euros, aunque el sector considera que se alargará más tiempo.

La anterior reclusión durante el estado de alarma ya le costó al comercio de Lleida 300 millones, según datos reportados por la Generalitat el pasado junio, aunque el sector ya aseguró entonces que las cifras estaban por debajo y la realidad era del doble e incluso el triple. “Cuando nos desconfinaron, la gente estaba temerosa y poco a poco ha ido mejorando la actividad. Justo la semana pasada fue cuando más ERTE se levantaron en el sector”, detalla Eritja.

Varias personas caminan por el centro comercial e histórico de Lleida / EFE

Varias personas caminan por el centro comercial e histórico de Lleida / EFE

El problema de los ERTE

Los ERTE son uno de los principales quebraderos de cabeza para el empresariado local, puesto que los trabajadores que han vuelto deben mantener su actividad durante los próximos meses. Así, las patronales reclaman al Gobierno fórmulas a las que puedan acogerse si tienen que volver a cerrar sus negocios.

Por otro lado, en torno al 80% de la actividad comercial de la provincia se concentra en la zona del Segrià, mientras que en el resto de pueblos, por su menor tamaño, son bares y restaurantes, los negocios más perjudicados. “Si permanecemos mucho tiempo confinados, será su cierre definitivo porque no tendrán forma de seguir adelante”, advierte el alcalde de Torres de Segre, Joan Carles Miró. “Necesitamos información. Siempre vamos a toro pasado y nos enteramos cuando ya ha pasado la tormenta”, señala en relación a los datos de contagios.

Los propietarios, "desolados"

De hecho, este asunto fue denunciado por los siete alcaldes en la tarde del lunes en una rueda de prensa conjunta: "Que alguien nos diga en qué situación estamos, porque hay un lío en la ciudadanía y tenemos que saber qué decir a los bares, restaurantes y a los comercios para salir de este limbo legal”, reclamó el alcalde de Alcarràs, Manel Ezquerra. Éste ya manifestó en declaraciones a Efe que “los propietarios de negocios pequeños están desolados”, motivo por el que reclamó medidas “explícitas y que les den tranquilidad”.

Por su parte, el vicepresidente de la Generalitat, Pere Aragonès, prometió ayer una inyección de cuatro millones en "ayudas directas para los establecimientos que se están viendo más afectados" en la región. Sin embargo, el empresariado tiene dudas de que resulte suficiente para evitar la sangría: “Tenemos un mes plagado de impuestos municipales, más el IVA de abril y julio, y el pago del impuesto de sociedades. La preocupación es total”, lamenta Eritja.

Los partidos políticos de Lleida también han expresado su recelo con los cuatro millones prometidos por el Govern. “No queremos que nos pase como a la Conca d’Òdena, donde aún no se han cobrado los cuatro millones de la Generalitat”, ha asegurado el portavoz del PP en la Paeria, Xavier Palau, que critica la gestión de las administraciones públicas. “Han convertido Lleida en la capital española del coronavirus, lamenta, al tiempo que reclama “buscar un equilibrio entre la vida comercial y la seguridad sanitaria”.