Susana Monje (c), presidenta del Grupo Essentium, y la plantilla de Assignia protagonizando una protesta / FOTOMONTAJE DE CG

Susana Monje (c), presidenta del Grupo Essentium, y la plantilla de Assignia protagonizando una protesta / FOTOMONTAJE DE CG

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Essentium: los empleados de la vicepresidenta del Barça llegan al límite de resistencia

“Nosotros no somos ni Messi ni Piqué, a ellos seguro que no se lo hacen”, aseguran los trabajadores de la constructora a los que se debe tres nóminas y casi la totalidad de una extra

6 octubre, 2016 00:00

Impagos de préstamos hipotecarios. Créditos personales de 1.000 euros garantizados con la nómina para llegar a final de año. Problemas para comprar material escolar en el inicio de curso o medicinas. Los trabajadores de Essentium, la constructora de la vicepresidenta económica del Barça, Susana Monje, relatan cómo han llegado al límite de resistencia tras acumular el impago de tres nóminas y casi la totalidad de una paga extra.

“Nosotros no somos ni Messi ni Piqué; a ellos seguro que no se lo hacen”, se lamentan. Reconocen que no se puede comparar el trabajo de Monje en uno de los mejores clubes deportivos del mundo con el de la constructora de la que su familia es accionista mayoritaria, pero le piden la misma excelencia en la gestión. Especialmente en gestos hacia los trabajadores que soportan desde hace meses los problemas de liquidez de la compañía.

Cambios simbólicos y laborales

Algunos, simbólicos. Como que la dirección de Essentium y sus participadas dejen de usar coches de lujo para ir al puesto de trabajo cuando les aseguran que la empresa no dispondrá de dinero hasta que se completen las primeras desinversiones. Otros, de corte laboral. Los empleados están estresados por las exigencias que les imponen para cumplir el horario a rajatabla.

Hace dos años que se instaló un torno para fichar en la entrada de las oficinas de las distintas sociedades que integran Essentium, como la constructora Assignia (el verdadero agujero negro), y se les obliga a recuperar todos los desfases. Explican el caso de un atasco en la M50 esta semana que propició que la inmensa mayoría de los trabajadores fichara tarde. Aseguran que ocurre lo mismo cuando necesitan ir al médico pero no pueden salir antes de la oficina si han llegado más temprano.

Postura hermética

Contribuye asimismo a la inquietud la postura hermética de la dirección a la hora de facilitar información sobre la situación financiera del grupo. La falta de transparencia es habitual en Essentium, manifiestan los trabajadores, pero que continúe en un momento de crisis como el actual la intensifica.

Llegó al extremo de que los sindicalistas del grupo mandaron un correo la semana pasada a todos los directivos de Essentium y a Noraction, el controller externo impuesto por la banca acreedora, para celebrar un encuentro informativo y solo contestó este último. Finalmente, la cúpula dio su brazo a torcer y dos representantes participaron en la reunión, pero no han pactado ni siquiera un calendario para que se repita de forma regular.

Deuda mínima de 4.000 euros con cada trabajador

Fuentes próximas a Monje reconocen que la gestión de la crisis puede mejorar. Essentium debe --calculando a la baja-- unos 4.000 euros a cada uno de sus casi 400 trabajadores. La plantilla empezó una huelga de días alternos la semana pasada que se irá intensificando si la situación no cambia. Piden información. Saber si Essentium firmará la recuperación o echará el cierre y, sobre todo, un compromiso en firme sobre el cobro de las nóminas que se adeudan.

El día 19 a las siete de la tarde llevarán su protesta ante la Puerta del Sol en una manifestación que ya ha sido autorizada por el Gobierno.