Pedro Sánchez, presidente del Gobierno de España / EP

Pedro Sánchez, presidente del Gobierno de España / EP

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España e Italia, abocadas a un 'rescate' mediante eurobonos

Ambos países, los más afectados por el coronavirus, se aferran a una emisión de deuda comunitaria para evitar que la factura de la crisis se dispare

26 marzo, 2020 00:00

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tiene este jueves una nueva oportunidad de arrancar al Consejo Europeo un compromiso para que la Unión Europea se decida a emitir deuda con el fin de poder financiar el coste de la lucha de los países miembros contra el coronavirus. Los eurobonos (también gráficamente denominados coronabonos) se han convertido ahora en un elemento fundamental, especialmente para los dos países más atacados por el Covid-19, España e Italia. La propagación de la pandemia ha disparado el coste de sus respectivas deudas y hará lo mismo con la factura que ambos habrán de pagar si tienen que costear por sí mismos los planes de choque que han diseñado para paliar los efectos del virus.

La reacción del Banco Central Europeo (BCE) la pasada semana, cuando anunció un programa de compra de deuda pública y privada por valor de 750.000 millones, que incluso podría ser ampliado, frenó una espiral bajista de los bonos españoles e italianos, que amenazaba con derivar en una crisis de deuda como la que tuvo lugar a finales de la pasada década y comienzos de la actual. La prima de riesgo española llegó a superar los 160 puntos básicos mientras que la italiana se situó por encima de 300.

Las primas suben de nuevo

La medida del banco emisor tuvo un efecto balsámico en el mercado de renta fija pero, al mismo tiempo, fugaz. Las ventas se han vuelto a imponer conforme avanza el virus y las cifras de infectados y fallecidos en ambos países. En el caso de España, el riesgo país ha vuelto a aproximarse, de forma discreta y sostenida, cerca de los 120 puntos básicos, esto es, el doble del registrado antes del inicio de la crisis. Mientras, el tipo de interés de su bono de referencia a diez años se ha triplicado.

Un momento más que inoportuno, teniendo en cuenta que el Tesoro Público se dispone a acelerar sus emisiones de deuda con el fin de contar con los recursos necesarios para financiar el conjunto de medidas que ha puesto en marcha el Gobierno para tratar de paliar los efectos de la crisis. Sin ir más lejos, este martes realizó una emisión extraordinaria, algo que no sucedía desde 2014, con la que obtuvo algo más de 10.000 millones de euros, con una demanda que se fue por encima de los 25.000 millones.

El coste de los intereses

Pocas horas antes había tenido lugar su primera colocación programa tras la declaración del estado de alerta (de algo más de 5.000 millones de euros) que logró cubrir sin problemas pero con un coste muy superior al de las anteriores. A esto se suma el ya de por sí elevado volumen de deuda pública que mantiene España, cercano al 100% de su PIB y que solo en 2019 supuso un coste en intereses de 24.000 millones de euros. Y eso que el bono de referencia cerró 2019 en mínimos históricos de rentabilidad, apenas por encima del 0,2%. Actualmente, se sitúa en torno al 0,87% y en los pasados días llegó a superar el 1%.

En el caso italiano, el diferencial el bund alemán, el activo de referencia en Europa, vuelve a estar cera de 200 puntos básicos, lo que elevará de forma notable el precio de las emisiones que lleve a cabo para financiar las medidas anti-crisis.

Alemania, principal opositor

Con este escenario, la tabla de salvación a la que quieren agarrarse ambos países es la posibilidad de que sea una institución comunitaria la que emita deuda 'ex profeso' para que los países miembros puedan financiar sus políticas sanitarias y económicas. Es la línea marcada en la carta que nueve jefes de gobierno de países de la Unión, entre ellos España e Italia, y también Grecia, Irlanda y Portugal (en los que el coste de la deuda también se ha elevado de forma notable), han remitido al presidente del Consejo, Charles Michel, para tratar de convencerle de la conveniencia de poner en marcha los eurobonos.

En este terreno, España e Italia cuentan con aliados, entre los que se incluyen Francia y Bélgica, con una situación más desahogada en este capítulo. Pero también con detractores de la idea, como Alemania y Países Bajos, que pese a la huida generalizada de los inversores en el mercado de bonos continúan financiándose prácticamente gratis en el mercado, con sus respectivos bonos de referencia a 10 años en tipos negativos.

A vueltas con el Plan Marshall

Sánchez también abandera la idea de la puesta en marcha de un plan de rescate, al modo del Plan Marshall tras la II Guerra Mundial, para la reconstrucción de las economías del Viejo Continente, que quedarán notablemente dañadas por los efectos del Covid-19. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, lo respalda y le ofrece la posibilidad que hacerlo a través del Presupuesto de la Unión Europea.

Hasta la fecha, las instituciones comunitarias no han dado el mejor ejemplo en lo que a coordinación se refiere para atajar la crisis. Las sucesivas y repetidas reuniones del Eurogrupo y del Consejo se han quedado en buenas palabras pero han concluido en que cada gobierno de cada país debe buscar una solución por su cuenta. España ya tiene la suya pero del partido que actualmente se juega en Europa dependerá que su coste sea otro pesado lastre para la recuperación de nuestra economía.