Nadia Calviño, vicepresidenta tercera del Gobierno de España y ministra de Asuntos Económicos / EP

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España, al borde de financiarse gratis a largo plazo por primera vez en la historia

La rentabilidad del bono a 10 años se acerca a terreno negativo en los mercados, con perspectivas de nuevas subidas de precio por la incertidumbre bursátil y las compras del BCE

5 noviembre, 2020 00:00

Soplo de aire fresco para España y su delicada situación económica de parte de los mercados de renta fija. La elevada volatilidad generada en las bolsas por la incertidumbre en torno a los resultados electorales en EEUU puede suponer el empujón definitivo para llevar la rentabilidad del bono a 10 años a terreno negativo por primera vez en la historia, lo que haría que el Estado pudiera financiarse a largo plazo sin apenas costes.

Los últimos avances en el precio del bono español de referencia le han llevado a situarse en zona de mínimos históricos de rentabilidad, que alcanzó a mediados de agosto de 2019, cuando el rendimiento del activo llegó a situarse por debajo del 0,03%.

Valor refugio

Los expertos prevén que durante las próximas sesiones prosigan los avances en el precio de los bonos, impulsado tanto por la búsqueda de valores refugio por parte de los inversores que huyen de la elevada volatilidad que presentan las bolsas como por las compras que el Banco Central Europeo (BCE) está llevando a cabo desde antes del verano y que podrían incluso incrementarse en el futuro.

Durante la sesión de este miércoles, condicionada por las noticias que llegaban desde el escrutinio de las elecciones norteamericanas, la rentabilidad del bono español a 10 años llegó a tocar un mínimo de 0,071%, su cota más baja desde finales de agosto de 2019. En las últimas cinco, su rendimiento se ha reducido una décima.

Por encima del 1,2%

Un panorama que pocos podían imaginar a finales de marzo, cuando la huida sin control de los mercados por parte de los inversores situaba la rentabilidad del bono español por encima del 1,2% y la prima de riesgo, el diferencial con el bono alemán, en el entorno de los 150 puntos básicos.

Este escenario amenazaba con encarecer de forma notable el exceso de endeudamiento que el Estado ha tenido que asumir para paliar los efectos de la pandemia del coronavirus. España no era el único miembro de la zona euro en una situación límite; sin ir más lejos, Italia, también muy castigada por la primera oleada de contagios del virus e igualmente muy endeudada, vio cómo la rentabilidad de su bono a 10 años llegó a rozar el 2%.

Evitar la crisis de deuda

Todo cambió con la decisión del BCE de ampliar el programa de compra de deuda soberana de los países de la eurozona desde los 120.000 millones vigentes desde antes del estallido del Covid-19 hasta 750.000 millones de euros, posteriormente ampliados a 1,35 billones de euros. El objetivo era, precisamente, evitar los males mayores que se avecinaban sobre países como España e Italia.

En plena tormenta bursátil durante las semanas más complicadas para los mercados en 80 años, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, alertó sobre los riesgos de que la crisis económica derivada de la sanitaria se convirtiera en una crisis de deuda como la que se desató a comienzos de la presente década, en la que la Unión Europea tuvo que rescatar economías como las de Grecia, Portugal e Irlanda.

Nuevos estímulos

Para la reunión de diciembre se espera una nueva dosis de estímulos por parte del banco emisor después de que la segunda oleada del coronavirus haya golpeado de nuevo las economías del Viejo Continente debido a las medidas de restricción de actividad a las que se han visto obligadas los gobiernos para detener el avance de los contagios.

El propio gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, que también forma parte del consejo de gobierno del BCE, adelantaba este miércoles en sede parlamentaria la posibilidad de que el organismo lance nuevas medidas en esta dirección.

Bonos europeos en mínimos

Una concatenación de factores que pueden llevar al bono español a terreno desconocido hasta ahora, como ya sucede con otros países, cuya deuda soberana a largo plazo también ha tocado sus mínimos históricos de rentabilidad en las últimas sesiones.

Sin ir más lejos, es el caso de la vecina Portugal. De hecho, lo más probable es que el bono luso, que lleva semanas cotizando con una rentabilidad inferior a la del español, entre antes que éste en terreno negativo, también por primera vez. Otros bonos europeos que hace tiempo que están en este terreno, como el belga o el irlandés, también muestran en estos días los rendimientos más bajos de su historia.

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