La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y la platea del Gran Teatro del Liceu

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y la platea del Gran Teatro del Liceu

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El Liceu ruega a Colau que no rompa una tradición de 1850: el palco municipal

Las cinco asociaciones de aficionados proponen destinar las sillas del ayuntamiento a acercar la ópera a personas con disminuciones físicas y psíquicas y a colectivos con riesgo de exclusión

26 julio, 2015 17:29

El Liceu se ha movilizado para solicitar a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, que mantenga una tradición que el consistorio conserva desde 1850: el palco municipal. La líder de BComú manifestó en su día que no renovará el abono de temporada para ahorrarse un gasto.

La decisión de la líder del consistorio se leyó más en clave política que en económica. El gran teatro de la ópera catalana es el principal emblema de la burguesía catalana, en las antípodas de lo que representa BComú si se mantiene la visión clasista del templo cultural.

Uso social del palco

Han sido las cinco asociaciones de aficionados que integran Unió Liceu las que han movido ficha. Han pedido a Colau que abra un “período de reflexión” para valorar su decisión y ofrecen una alternativa “social”.

Los usuarios proponen que el palco municipal se destine a fomentar el acceso al teatroa a personas con disminuciones físicas y psíquicas y a colectivos con riesgo de exclusión social en lugar de tener un fin institucional.

Superar los problemas económicos

El ayuntamiento compra un abono anual porque dejó de ser propietario del palco a raíz del incendio que arrasó el Liceu en 1994. Cedió la titularidad pública en ese momento para mejorar los ingresos del teatro.

Las arcas del teatro sufrían entonces por el esfuerzo de la reconstrucción. Posteriormente, la crisis impactó en los recursos propios y obligaron a la dirección del Liceu a confiar las riendas del teatro a un gestor con más perfil ejecutivo que cultural, Roger Guasch, en 2013, cuando las finanzas estaban al límite.

El nuevo equipo ha conseguido levantar cabeza (aunque aún tiene camino que recorrer) al abrir el teatro a otros perfiles de público y ampliar la programación con nuevos espectáculos. Han llegado a pasar por el escenario de la Rambla desde Kraftwerk, uno de los padres de la electrónica, a Malú. Con todo, no se ha quitado de encima la etiqueta de teatro burgués que en buena parte explicaría la decisión de Colau.

Barcelona mantiene su aportación

Unió Liceu, por otro lado, agradece al equipo de gobierno municipal que mantenga la subvención de 2,5 millones de euros al teatro para la próxima temporada y que estaba comprometida en el plan estratégico y de viabilidad vigente hasta 2017. Sin esta aportación, su continuidad estaría comprometida.

Han firmado la petición el presidente de Amics del Liceu, Ramon Bassas; el presidente de la Societat del Gran Teatre del Liceu, Xavier Coll; el presidente del Cercle del Liceu, Ignacio Garcia-Nieto; el vocal representante de la Associació de liceistes de 4t i 5è pis, Ferran Puerta, y la directora general del Conservatori Superior de Música del Liceu, Maria Serrat.