La nueva fábrica de Valentine en Montcada está pendiente de un contencioso judicial.

La nueva fábrica de Valentine en Montcada está pendiente de un contencioso judicial.

Business

El auditor de Pinturas Valentine dispara las pérdidas un 129%

Deloitte sostiene que las pérdidas de la compañía ascienden a 8,5 millones si se anotan correctamente las deducciones fiscales mal aplicadas

3 septiembre, 2015 22:23

La veterana compañía Valentine no levanta cabeza desde hace mucho tiempo. Lleva sumergida en números rojos desde hace siete años, en los que ha llegado a acumular unos quebrantos de 42 millones de euros.

El año pasado, los gestores rubricaron las cuentas con un resultado negativo de 3,7 millones, lo que implicó un recorte de un millón respecto del déficit del año anterior.

Deducciones más aplicadas

La firma Deloitte, que ha auditado las cuentas, tiene una opinión distinta. Asevera que Valentine regularizó deducciones generadas en ejercicios anteriores por importe de 4,8 millones y las registró en el epígrafe “resultados negativos de ejercicios anteriores” del patrimonio societario.

Según Deloitte, en realidad debería haber cargado dicha suma a la rúbrica “impuesto sobre beneficios”, por lo que las pérdidas finales ascienden a 8,5 millones, es decir, un 129% más que el resultado declarado por la empresa.

Valentine contabiliza unos fondos propios negativos de casi 10 millones, aun teniendo en cuenta un préstamo participativo de 12,5 millones de su accionista único, el grupo portugués Corporaçao Industrial do Norte.

La cifra de negocio se mantiene estable

Por lo demás, la actividad desplegada arrojó una cifra de negocio de 35 millones, idéntica a la del año anterior. Desde 2007, las ventas han caído a la mitad. La plantilla consta de 180 personas.

Valentine mantiene un largo contencioso por los terrenos de Montcada i Reixach donde se levantan sus modernas instalaciones fabriles, erigidas en 2008 mediante una inversión de 40 millones. El Tribunal Supremo sentenció en 2012 que la modificación del plan general metropolitano fue ilegal, por lo que en última instancia Valentine podría verse obligada a demoler su recinto industrial. En tal caso, tiene garantizado un resarcimiento de la Administración.

Valentine ha atravesado numerosos avatares a lo largo de sus casi 75 años de existencia. El momento más grave lo vivió en 1993, cuando hubo de suspender pagos, debido al derrumbe de las ventas de pinturas para automóviles y a la poco afortunada política de diversificación, que arrojó pérdidas multimillonarias. Dos años después, los lusitanos de Corporaçao Industrial do Norte tomaron el control de la compañía.