Camareras de Coyote Ugly en la barra de uno de los bares de la cadena / CG

Camareras de Coyote Ugly en la barra de uno de los bares de la cadena / CG

Business

Farra en la barra: Coyote Ugly llega a España

Llegan los bares en los que las camareras eligen qué clientes entran, que empezarán por la Costa del Sol y Canarias

22 octubre, 2017 00:00

Llegan a España Coyote Ugly, los bares con farras en la barra. Una firma ha cerrado el desembarco en la península de los famosos salones donde las camareras deciden qué clientes entran y cómo y cuándo bailan.

El acuerdo se cerró esta semana en Las Vegas (Estados Unidos) y significará dos cosas. "Ya tenemos interés para abrir locales de la marca en Málaga o Marbella y las Islas Canarias", ha explicado Enrique Moncada, consejero delegado de Dreams Franchises.

El segundo elemento, que Barcelona verá pasar de largo la inversión. "La Ciudad Condal es un lugar ideal para este tipo de negocio. Con mucho tránsito de turistas y cruceristas y ningún producto igual. Pero la situación política lo impedirá", ha agregado el directivo.

Juegos de alcohol

Cualesquiera que sean las penurias en Cataluña, Coyote Ugly llega a España con visos para triunfar.

"En esencia, se trata de ofrecer un lugar en el que tomar una copa en un lugar en el que mandan las mujeres. Ellas componen la mayoría del personal, salvo la seguridad. Deciden qué clientes entran, cuándo quieren bailar, si lo desean, y qué juegos de alcohol ofrecer", ha explicado Moncada.

¿Son estas boîtes agujeros de machismo? "En absoluto. De hecho, su fundadora, Lili Lovell, se considera una 'feminista no convencional'. No es un club de estriptís. Las camareras trabajan como en cualquier bar. Y si les apetece, bailan y bromean con los clientes".

Película

Pese a algunos intentos de abrir bares con la enseña Coyote Ugly en el país en el pasado, no será hasta ahora que lleguen con el sello oficial.

La marca, nacida de un bar situado en Nueva York (Estados Unidos), saltó a la fama con la película homónima basada en la historia de Violet Sanford, una camarera del bar de Lovell. La empresaria fundó el local en 1993, cuando estudiaba en la NY University.

Las farras y bailes en la barra convencieron a Hollywood de que era un producto para la gran pantalla, y la película se estrenó en 2000. Recaudó 113 millones de dólares (95 millones de euros) con un presupuesto de la mitad. Lanzó al estrellato la canción Can't fight the Moonlight.

¿Qué queda de aquello 17 años después? "Una cadena internacional de bares en plena expansión en Rusia, Reino Unido y Japón. Las aperturas en España se acompañarán de nuevos locales en el mundo de habla hispana", ha concluido Moncada.