Oficinas de pinturas Valentine en el poligono industrial de Montcada i Reixac, Barcelona / CG

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Confidente VIP

Pinturas Valentine: el auditor dispara las pérdidas un 400%

La empresa ha cerrado con déficit los últimos nueve ejercicios

5 septiembre, 2017 00:00

Deloitte incluye en el informe de auditoría de Valentine del pasado año una salvedad de bulto, que aumenta con fuerza los números rojos. La firma deterioró en 2015 el valor de sus marcas Replac y Decocenter, por importe de 3,7 millones. Pero lo cargó al epígrafe “resultados de ejercicios anteriores”, en vez de imputarlo a la partida “deterioro por enajenaciones de inmovilizado-deterioros y pérdidas”.

En consecuencia, según el auditor, las pérdidas de 2016 de Valentine, cifradas en 955.000 euros, deberían incrementarse en otros 3,7 millones, por lo que el resultado final de 2016 fue un déficit de 4,6 millones, es decir casi un 400% por encima del declarado. Éste, además, representó un aumento del 10% sobre los 863.000 de pérdida de 2015.

Ingresos menguantes

Con el quebranto del pasado año, Valentine suma ya nueve ejercicios consecutivos en terreno negativo, en los que ha contabilizado pérdidas superiores a los 43 millones.

Las ventas tampoco muestran signos de mejora. En 2016 cayeron un 6% y quedan en 32,9 millones. La empresa atribuye el retroceso a la mala marcha de la división de pinturas anticorrosivas, como consecuencia de los bajos niveles de inversión en infraestructuras. Diez años atrás, la facturación de Valentine ascendía a casi 70 millones.

La compañía posee una fábrica de pinturas decorativas, industriales y anticorrosión en Montcada i Reixac (Barcelona).

Inversiones desafortunadas

Valentine se constituyó en 1946 con el título social de Basté Polit, que recogía el apellido de las dos familias fundadoras. A finales de los 80, los hermanos Luis y Alfredo Basté López de Sagredo, administradores de Valentine, acordaron diversificar las actividades de la empresa. Se introdujeron en otros sectores, a fin de no depender exclusivamente de las pinturas. Montaron sucesivamente cinco empresas en campos diversos. Cuando ese quinteto de sociedades empezaba a levantar el vuelo, estalló la crisis económica. Los cinco inventos se vinieron abajo y le dejaron a Valentine un grueso quebranto.

En 1993, con las arcas exhaustas, la compañía tuvo que llevar sus libros al juzgado y se declaró en suspensión de pagos.

En 1995, tomó el control Corporaçao Industrial do Norte-CIN, grupo portugués de capital familiar, líder del ramo en su país. Desde entonces, los lusitanos han bregado con la compañía, pero los resultados no han acompañado.