Toallas de la marca Monesal / CG

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Confidente VIP

Monesal, histórica del textil, suspende pagos

En los años noventa la empresa llegó a ser líder nacional en tejidos de rizo

29 junio, 2017 00:00

Monesal SAU, de Aiguafreda, ha presentado un concurso de acreedores cuya tramitación ha recaído en el Juzgado Mercantil número 6 de Barcelona.

El balance, con arreglo a la vieja regulación de las insolvencias societarias, presenta características de una quiebra, pues el activo se cifra en 3 millones y supone sólo la mitad del pasivo exigible, que asciende a 6 millones.

Tal diferencia se debe a las pérdidas acumuladas en los últimos años, que han situado el patrimonio de la compañía en abultados números rojos de 3 millones.

Socio portugués

Monesal se dedica a la venta de tejidos de rizo, ropa de cama y cocina, con las marcas propias Hierba, Lameirinho y Asa. También posee licencias de los modistos Antonio Miró y Purificación García. El 100% del capital pertenece al grupo portugués Lameirinho Industria Textil.

Monesal no fabrica; es solamente una empresa comercial. La histórica factoría de Aiguafreda fue clausurada hace diez años, poco después de que el socio lusitano tomara una participación en la sociedad.

Crecimiento y venta

Monesal se fundó en 1953 por iniciativa de Pedro Molist, a título personal, para fabricar toallas. Cuatro años después se constituyó en sociedad. Era una empresa industrial de corte clásico, si bien despuntó siempre por su diseño, creatividad e innovación.

A mediados de los años noventa, los dos principales directivos, Ramón Masó y Jaime Tenas, adquirieron la mayoría del capital, y lanzaron la empresa a un gran plan de expansión. Luego cedieron el 50% a Lameirinho y poco después éste se hizo con el 100%.

Bajo la rectoría del tándem Masó-Tenas, Monesal devino líder nacional en la producción de artículos de rizo de gama media y alta, como toallas, albornoces, paños de cocina, delantales, manoplas, chales, sábanas, colchas y prendas para bebé.

El giro, que en aquellas fechas se situaba en 15 millones anuales, se reduce hoy a poco más de 1 millón. En medios judiciales se estima que el expediente concursal derivará previsiblemente en liquidación.