Una tienda de Vives Shoes / CG

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Confidente VIP

La cadena de zapaterías Vives se va al suelo

La empresa propietaria solicita la quiebra de doce compañías que gestionan 29 tiendas

18 noviembre, 2019 00:00

La cadena de zapaterías Vives ha presentado el concurso de acreedores ante el Juzgado Mercantil número 1 de Girona.

Vives tiene su cuartel general en la calle Industria del municipio de Maçanet de la Selva. Administra una red de 29 zapaterías con el rótulo Vives Shoes, abiertas todas ellas en poblaciones catalanas, incluidas las capitales Girona, Tarragona y Lleida, salvo dos, que están situadas en Alfafar (Valencia) y Calpe (Alicante).

Cese del liquidador

Las suspensiones de pagos afectan a una docena de compañías gestoras de los establecimientos, entre ellas Sabateries Vives, Sistem Girona, Calçats Vives, Lortel Shoes y Vesvi Sabateries.

El auto judicial señala que se han suspendido las facultades de administración y disposición sobre el patrimonio “y cesados sus administradores y liquidador Rosendo Vives Llorens”. Este empresario, propietario del grupo, representa la tercera generación de la casa.

Vives es una empresa muy antigua, cuyos orígenes se remontan a 1925, cuando abrió su primer comercio en la población costera de Calella. Los locales venden primeras marcas de zapatería, si bien tres cuartas partes del negocio corresponden a su propio emblema Vives Shoes.

Estrategia fracasada

El descalabro sobreviene dos años después de que la empresa anunciara a bombo y platillo un cambio de estrategia comercial. Éste reposaba en salir del mercado catalán, para proyectarse a otras zonas de España y más adelante fuera del país. El plan preveía llegar a los 50 puntos de venta este año y cien en 2027, mediante tiendas propias y franquicias.

Dicha estrategia ha sido un fiasco completo, que ahora se salda con el concurso en cadena de todas las empresas del grupo.

El conjunto de las compañías arroja unas ventas próximas a los 15 millones de euros anuales.

Fallido de Elinco, de instalaciones eléctricas

Elinco Construcciones Eléctricas, de Narón, ha entrado en concurso de acreedores, según un auto dado a la luz por el Juzgado Mercantil número 1 de La Coruña.

Las deudas de la compañía rondan los 10 millones, contra un activo de 12 millones.

El Juzgado Mercantil ha acordado intervenir las facultades de administración de la deudora, que a partir de ahora las asume el abogado José María Elola Alizalde.

Navantia

Elinco gira 11 millones de euros al año. La compañía se fundó en 1999. Se dedica al diseño y ejecución de instalaciones eléctricas, fabricación de cuadros eléctricos, consolas de mando y reparación de equipos electromecánicos.

Sus clientes son los sectores naval, industrial y energías renovables. El primero de ellos es que mayor volumen de negocio le aporta, gracias a la estrecha relación que mantiene con el constructor de barcos de capital público Navantia.

Sus principales instalaciones radican en el municipio coruñés de Narón. Pero también tiene centros de trabajo en las fábricas de Navantia Ferrol, Navantia Fene, Megasa y Forestal del Atlántico.

La compañía depende de Grupo Elinco 1999, también de Narón, cuyo administrador único es Luis Manuel Pérez Gómez.