El juzgado de Barcelona decreta la quiebra de la metalúrgica Rinsa con un boquete de 4,2 millones
- La empresa radica en Viladecans y tiene de administradora a Teresa Cruet
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La empresa Rin SA, fundada en 1969, está tocada y hundida. El Juzgado Mercantil número 11 de Barcelona ha declarado el concurso de acreedores. Los estados contables de la entidad carecen de activos. Las deudas se elevan a 4,2 millones y los recursos propios arrojan un déficit de cinco millones.
Impagos
A la luz de semejantes guarismos, queda claro que los acreedores no cobrarán un céntimo. Entre ellos figura la Agencia Tributaria, a la que se adeuda más de 1 millón. La firma apareció en octubre en la lista de los mayores morosos de España que Hacienda divulga periódicamente.
Metalurgia
Rinsa radica en Viladecans, en calle Camí de la Via. Desde 1969 se dedica a fabricar accesorios metálicos para aparatos de iluminación, así como piezas para los sectores de la hostelería y del menaje, entre otros.
Rinsa llegó a emplear a medio centenar de trabajadores a comienzos de la pasada década. Luego entró en declive y licenció al grueso de los colaboradores. Su deterioro en los últimos tiempos ha sido acelerado. Las pérdidas acumuladas ascienden a casi 7 millones. El pasado año apenas facturó y registró unos números rojos de 0,7 millones. Actúa de administradora Teresa Cruet Manzanares.
Más descalabros
Los juzgados de Cataluña tramitan, además, cinco concursos de acreedores:
“Era 2613”, de Barcelona, gabinete de publicidad y relaciones públicas. Con anterioridad, la entidad fue declarada insolvente por los juzgados de lo social de Barcelona, Alicante y Málaga. Administradora, Irina Mishina.
Esquila 2005, de Barcelona. Explota un restaurante en plaza de Emili Vendrell número 1. El activo suma cero euros y el pasivo 0,6 millones. Administrador, Manuel Moreno Mirón.
Fitness4live, de Reus, gestora de gimnasios. Gerente, Daniel Llasat Miró.
Suministros Sant Cugat, de Sant Cugat del Vallès, comercial de materiales para la construcción. El balance carece de masa activa, frente a un pasivo exigible de 0,5 millones. Administrador, Enrique Pérez Pla.
Por último, el concurso de acreedores necesario de Armonía BCN acaba de la peor manera posible. El Juzgado Mercantil número 3 ha sentenciado que dicha insolvencia es culpable. La persona afectada por la calificación es su administradora Alexandra Carolina Arráez Pérez. El juzgado la inhabilita para administrar bienes ajenos y representar o administrar a terceros por un plazo de cinco años. Además, se le priva de cualquier derecho que pudiera tener como acreedora o contra la masa. Ni Armonía BCN ni Arráez comparecieron durante la fase de calificación.
La empresa explotaba un centro de estética desde 2019 en la calle de Alcolea número 51, Sants. El juzgado la declaró en quiebra necesaria en marzo último.