Jorge Miarnau, máximo ejecutivo de Comsa en una imagen de archivo / FOTOMONTAJE DE CG

Jorge Miarnau, máximo ejecutivo de Comsa en una imagen de archivo / FOTOMONTAJE DE CG

Business

La banca acreedora obliga a Comsa a vender activos por 200 millones

El grupo de infraestructuras de la familia Miarnau debe soltar lastre y potenciar el negocio ferroviario para refinanciar 719 millones hasta junio de 2021

29 diciembre, 2016 13:02

El gigante Comsa Corporación de Infraestructuras ha conseguido que las entidades financieras refinancien la deuda que vencía este diciembre y no era posible cubrir con la actual generación de caja de la compañía. El grupo controlado por la familia Miarnau --cuentan con el 70% de la propiedad, mientras que los Sumarroca tienen el 30% restante-- ha anunciado en un comunicado que las entidades del pool han aceptado refinanciar hasta el 30 de junio de 2021 los 719 millones de euros que pesaban sobre la compañía con condiciones.

La principal: deberá conseguir otros 200 millones de euros con la venta de activos que no son considerados core. Esta cifra no incluye las desinversiones que se han ejecutado en el último año. La más importante fue la venta de Aritex Carding, una ingeniería dedicada al sector de la automoción y la aeronáutica con la que pudieron amortizar 110 millones de pasivo en abril. Tres meses después hizo lo propio con Corporación CLD, Servicios Urbanos de Tratamiento de Residuos por una cantidad menor.

Activos afectados

Este plan para conseguir beneficios extraordinarios vence el 30 de diciembre de 2020. Están en la rampa de salida “todas aquellas sociedades que no están integradas en el área de infraestructuras e ingeniería de la corporación”.

La banca acreedora también obliga a dar un viraje en la gestión de los últimos años. Tal y como avanzó Crónica Global, los gestores del grupo reconocen que se concentrarán en los “ámbitos de infraestructuras e ingeniería con especial foco en la especialización ferroviaria”, el origen de la vieja Comsa fundada por la familia Miarnau. Los Sumarroca cada vez tienen menos peso en la gestión ejecutiva de la empresa, especialmente tras el escándalo del caso 3%.

Mercado internacional

Como no podría ser de otro modo, el foco está puesto en nuevos negocios en el mercado internacional. Se espera que la actividad exterior represente el 70% de la facturación en cuatro años frente al 49% previsto para 2016.

En cuanto a los detalles de la operación, de entrada se debe tener en cuenta que ha supuesto que el pool de bancos que participan en la refinanciación ha descendido de los 13 iniciales a ocho entidades: Santander, Caixabank, Bankia, Banco Sabadell, BBVA, Popular, Bankinter y Unicaja.

Deuda convertible

Se ha añadido una salvaguarda en la operación si Comsa no puede hacer frente a las nuevas obligaciones financieras. Ha incluido un tramo de 250 de deuda convertible por el 50% del capital de la sociedad. Vence en 2021, año en el que los accionistas deberán decidir si ejecutan la opción de compra que pesa sobre este porcentaje del capital “bajo determinadas condiciones”.

Por ahora, las acciones se las reparten las dos familias que se unieron en mayo de 2009.

Optimismo en el futuro

Comsa muestra su optimismo en el futuro. Asegura que solo con la actividad de infraestructuras e ingeniería facturará 1.400 millones de euros a finales de 2020, frente a los 950 que prevé consolidar en el ejercicio en curso. Los últimos años han sido duros para el grupo, que aún no ha levantado cabeza tras el envite de la crisis.

Estuvo a punto de lograr el ansiado equilibrio en las cuentas en 2015 tras registrar 217 millones de pérdidas entre 2012 y 2014, aunque posteriormente su auditor disparó los números rojos hasta los 270 millones. Prevé recuperar el negro al cierre de este año.