El negocio de los cerdos ibéricos criados en Estados Unidos

El negocio de los cerdos ibéricos criados en Estados Unidos

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El negocio de los cerdos ibéricos criados en Estados Unidos

Dos españoles traen ejemplares vivos en Texas para producir y comercializar jamón de bellota desde suelo estadounidense

30 abril, 2017 10:10

El jamón de bellota es, probablemente, el producto español más reconocido internacionalmente. Ahora, dos ganaderos españoles, Sergio Marsal y Manuel Murga, han llevado a cabo un plan para criar cerdos ibéricos en Estados Unidos, concretamente en Texas. Su idea está influenciada por "los europeos que plantaron viñas en California", explican en una entrevista en Bloomberg

Hasta el momento, no obstante, nadie lo había intentado con animales vivos. A través de su empresa Acornseekers, han traído procedentes de España ejemplares de cerdo ibérico que pastan a sus anchas por los campos de Texas. Su alimentación es la misma: la bellota que cae de los robles. Una vez crecen, pasan por el matadero y se convierten en jamón de bellota. 

Unos 50 restaurantes de alta gama ya han contactado con este dúo empresarial para hacerse con el producto, que empezó a venderse en pequeñas cantidades este abril. Según explican en el mismo rotativo, el negocio va viento en popa e incluso han "tenido que decir que no" a los clientes que quieren una cantidad muy elevada de esta delicatessen

5.000 cerdos para el próximo año

Después de dos años de cría, Acornseekers posee más de 2.000 ibéricos, de los cuales 250 serían sacrificados a finales de mayo. Marsal y Murga prevén tener un total de 5.000 cerdos el próximo año. La compañía también suministra cerdos a los agricultores familiares en Texas y en otros lugares que crian los cerdos a sus expensas a cambio de un porcentaje de la ganancia anual. 

Katie Button, cocinera y copropietaria del restaurante español Cúrate en Asheville, N.C., describe el producto de "asombroso". Button ha trabajado en las cocinas de dos de los chefs más prestigiosos, como son Ferran Adrià y José Andrés. "Ha gustado incluso entre personas que no comen carne de cerdo", apostilla la cocinera.